En el entorno de la Villa y Corte
de Madrid y la sede Primada de España, Toledo, se desarrolló una interesante
tipología de carroza procesional que por sus características podemos calificar de
triunfal, pues pone al servicio de la devoción religiosa, en este caso mariana,
un completo aparato escultórico y escenográfico. Es la expresión de mayor
exaltación profesada a la imagen que ostenta el patronazgo de la villa, que
recorre triunfalmente las calles de la población en su anual procesión, centro
de las fiestas patronales.
Hasta el año 1885 la Villa y
Corte formaba parte del gran Arzobispado de Toledo. Esta vinculación religiosa
y la cercanía entre ambas fue muy fecunda a nivel artístico. En los siglos XVII
y XVIII, el asentamiento de la Corte en Madrid generó un centro cultural y
artístico que irradió su influencia a la sede Toledana.
Es sentimiento común en todas las
hermandades enriquecer su patrimonio y festejar con esplendor las celebraciones,
especialmente las procesiones. A diferencia de otros territorios eclesiásticos,
como la Archidiócesis de Sevilla, en la toledana las andas llevadas a hombros
no adquieren la entidad de “retablo andante”. Esto no impide que se desarrollaran
otras tipologías como las carrozas, plataformas rodadas sobre las que sacar en
procesión las imágenes como una alternativa a las andas. En el siglo XVII se
produce un hecho que pudo influir en el devenir y desarrollo de esta tipología:
la carroza ideada por el Maestro Mayor Pedro de Torres en 1600 para la
portentosa custodia de Enrique de Arfe en sustitución de las andas[1].
Ésta incorporaba además un sistema mecánico que mantenía la custodia en
posición vertical durante el trayecto de la procesión. La carroza evitaba además
que los seglares tuvieran que ayudar a los 12 ó 16 clérigos que portaban a
hombros las andas de la custodia. Emulando a la sede Primada, diferentes
poblaciones del arzobispado asumieron la carroza como un elemento que otorgaba
esplendor y brillantez a las procesiones. En Sevilla, de forma paralela, las hermandades
penitenciales asimilaron la forma de carga interior por “costaleros” tomando de
modelo las andas de carga mixta de la custodia catedralicia, convirtiéndose en
la forma de carga característica de los “pasos procesionales” que a modo de
retablos andantes sustituyeron a las sencillas andas.
Ilustración 1. Annibale Carraci. Triunfo de Baco y Ariadna. 1597 - 1600. Palacio Farnesio Roma. |
En el siglo XVIII se produce la
eclosión del modelo triunfal de la carroza procesional. Esta tipología de
origen grecolatino está ampliamente justificada en la literatura y en las
representaciones plásticas de dioses o generales desfilando en ricos carros
tirados por animales. Sin embargo, no existe una fundamentación bíblica que
justifique el triunfo o la exaltación mariana. La cultura humanista había
asumido la mitología antigua y en contextos profanos era frecuente emplear
temática mitológica como podemos ver en el Baco y Ariadna de Tiziano (1520-3) o
en los frescos pintados por Annibale Carracci entre 1597 y 1600 para el salón
grande del Palacio Farnesio de Roma cuya escena principal es un desfile
triunfal de Baco y Ariadna. En el siglo XVII ya encontramos la asimilación del
carro triunfal en obras religiosas. En 1625 la Archiduquesa Isabel Clara
Eugenia encarga a Rubens la realización de unos cartones para una serie de
tapices destinados al Monasterio de las Descalzas Reales de Madrid. La escena
principal de estos cartones muestra el triunfo de la Iglesia como un desfile
romano, personificando a la Iglesia en una mujer entronizada en un carro dorado
con piedras preciosas en sus ruedas. A través del lenguaje alegórico el genial
pintor introduce el carro triunfal dentro de una compleja iconografía.
Ilustración 2. Rubens. Triunfo de la Eucaristía. 1625. Museo del Prado, Madrid. Fuente: http://www.ub.edu/poderirepresentacions/equip-investigador/ |
Aunque la cultura judeocristiana
es ajena a las escenas de triunfo del mundo grecolatino, en la Biblia sí
abundan las teofanías, algunas de las cuales podían constituir el fundamento
bíblico de estos artefactos de gloria. Pasajes como la visión del trono de
Yaveh del capítulo primero de Ezequiel, en el que aparecen los cuatro vivientes
identificados con el tetramorfos de los evangelistas: el león de San Marcos, el
hombre alado de San Mateo, el toro alado de San Lucas y el águila de San Juan. Una
visión similar es descrita por San Juan en el Capítulo cuarto del Apocalipsis,
con los cuatro vivientes y los veinticuatro ancianos junto al trono de Dios.
Aunque nosotros nos centremos en
mostrar a lo largo de este artículo ejemplares marianos localizados en torno al
eje Madrid – Toledo, no hay que olvidar la importancia y arraigo que esta
tipología tuvo desde el siglo XVIII como sostén de las custodias de asiento
catedralicias en las procesiones del Corpus, ni tampoco excluir la difusión que
tuvieron en otras zonas de España, más puntual y menos extendida que la tratada
en este artículo.
Los carros de triunfo son piezas
realmente excepcionales: conjugan la tradición retablística con la fabricación
de carruajes y la ebanistería. Son piezas de vanguardia, realizadas en el entorno
de la corte, cuando no fabricadas por artistas que trabajan en ella. Este
factor fue decisivo para la rápida asimilación estética de los diferentes
estilos: en un primer momento el refinamiento del rococó, seguido del
neoclasicismo y terminando con un estilo historicista de progenie romántica. Hasta
finales del siglo XVIII la decoración y el lenguaje retórico está más o menos
en consonancia con la retórica religiosa de la retablística. Sin embargo, a
medida que avanza la centuria y sobre todo el siglo XIX, el carro triunfal
asume un lenguaje decorativo y escenográfico mucho más teatral, más cercano la
sensibilidad estética burguesa del siglo XIX.
Los carros de triunfo presentan
una serie de características formales propias. La imagen mariana se sitúa sobre
una peana en la parte trasera, dominando el espacio interior y delantero de la
carroza poblada de numerosas figuras de ángeles situados a un nivel inferior.
La delantera es ocupada por esculturas de ángeles o alegorías, en ocasiones de
gran tamaño y protagonismo. Las ruedas, imitando el diseño de los carros de
triunfo romanos, presentan una rica decoración y suelen encontrarse en el
exterior y no ocultas en el interior.
Ilustración 3. Juan de Lobera. Carro de triunfo de la Virgen de la Concepción, 1757. Navalcarnero (Madrid). Fuente: http://www.esalgado.es/restauracion-carroza-procesional |
Podemos decir que es en Navalcarnero[2]
(Madrid) donde mejor se ha documentado la evolución y eclosión de las carrozas
de triunfo. La Hermandad de Nuestra Señora de la Concepción, patrona de la
villa de forma oficial desde 1658, contó desde el siglo XVII con una carroza
procesional para salir en procesión anual el 8 de septiembre. Entre 1630 y 1678
existió una primera carroza cuyas características desconocemos. En 1679 la
Hermandad encarga una nueva a Juan de Lobera, arquitecto, escultor y ensamblador.
Las condiciones del contrato describen algunos elementos que nos permiten
hacernos una idea del mismo. Contaba con una serie de tarjetas, ángeles y
pequeños motivos escultóricos que contrastaban con frisos y fondos planos que
se muestran en sintonía con las obras retablísticas del momento. Esta carroza
fue sustituida por la concertada en 1757 con Juan de Lobera, “adornista” del
Palacio Real de Madrid que trabajaba en el taller de carruajes y que además
contaba con experiencia en el campo de la retablística.
Ilustración 4. Juan de Lobera. Carro de triunfo de la Virgen de la Concepción, 1757. Navalcarnero (Madrid). Fuente: http://www.esalgado.es/restauracion-carroza-procesional |
Ilustración 5. Juan de Lobera. Carro de triunfo de la Virgen de la Concepción, 1757. Navalcarnero (Madrid). Fuente: http://www.esalgado.es/restauracion-carroza-procesional |
Ilustración 6. Juan de Lobera. Carro de triunfo de la Virgen de la Concepción, 1757. Navalcarnero (Madrid). Fuente: http://www.esalgado.es/restauracion-carroza-procesional |
En el contrato se estipulaba la
presencia en el carro de los “animales de Ezequiel”, en referencia a los cuatro
vivientes, identificados como el tetramorfos. La carroza está compuesta por una
gran masa dorada de roleos y elementos decorativos que, según Blanco Mozo, se
inspira en un modelo concreto del Método
sucinto y compendioso en cinco simetrías y apropiadas a los cinco órdenes de
arquitectura adornada con tres reglas útiles del fraile mínimo Matías de
Irala (1680-1753).
En esta gran masa dorada campean
numerosas esculturas de ángeles y querubines. La delantera está presidida por
un ángel mancebo vestido de peregrino. En la parte inferior se encuentran los
cuatro animales del tetramorfos en medio relieve sobre nubes. La parte trasera,
curvada, es presidida por un sol.
Ilustración 7. Grabado de la Virgen de los Ángeles de Getafe sobre su carroza triunfal tirada por ángeles. Fuente: http://parroquiadesevillalanueva.blogspot.com.es/ |
Ilustración 8. Grabado de la procesión de la Virgen de los Ángeles de Getafe. Fuente: http://www.juanmalcala.es/2012/05/procesion-de-la-virgen-de-los-angeles.html |
Ilustración 9. Estampa de la Virgen de los Ángeles de Getafe entronizada en su carroza triunfal. 1926. Fuente: https://hablemosdegetafe.wordpress.com/category/tradiciones/ |
Ilustración 10. Juan de Maurat, carroza de la Virgen de los Ángeles 1774. Getafe (Madrid). Fuente: http://www.virgendelosangelesgetafe.org/la-carroza/ |
La carroza de la Virgen de la
Soledad de Parla (Madrid) copia el modelo creado por la de
Getafe. Desconocemos si la actual carroza es original o bien una copia
realizada después de la guerra civil.
Ilustración 11. Grabado de la Virgen de la Soledad de Parla en su carroza triunfal. 1894. Fuente: http://perso.wanadoo.es/webdeparla/historiadeparla.html
|
El carro de la Virgen de la
Caridad de Camarena (Toledo) es
excepcional en todos los aspectos, primero por su volumen, el más largo de
todos (3,5 m. aproximadamente). Su programa iconográfico y su excepcional
calidad la relacionan directamente con las obras salidas de la corte. La masa
dorada es acompañada por grandes figuras alegóricas, de gran tamaño en la parte
delantera y en la trasera un grupo de tamaño natural compuesto por el Arcángel
San Miguel matando al diablo. El trono sobre el que se asienta la imagen
mariana es una copia del que labró el platero florentino Virgilio Fanelli para
la Virgen del Sagrario de la Catedral de Toledo, cuya ejecución culminó en 1674[3].
Ilustración 13. Virgen de la Caridad en la procesión mariana celebrada en Toledo en 1954 en la que participaron las principales imágenes marianas toledanas. Fuente: http://www.ayto-toledo.org/archivo/exposiciones/SemanaMariana/SemanaMariana.asp |
Ilustración 14. Parte trasera del carro triunfal de la Virgen de la Caridad de Camarena. Fotografía tomada en la procesión mariana celebrada en Toledo en 1954. http://www.ayto-toledo.org/archivo/exposiciones/SemanaMariana/SemanaMariana.asp |
Ilustración 15. Carroza triunfal de la Virgen de la Caridad de Camarena (Toledo). Fuente: http://www.plusesmas.com/fotos-antiguas/galerias/camarena/estatuas-y-esculturas/ |
Las dos grandes máquinas de la
Virgen de Gracia de Mascaraque
(Toledo) y la Virgen de la Natividad de Pinto
(Madrid) evidencian la ruptura estilística que se produjo a finales del siglo
XVIII. La sobriedad y la simplicidad clasicista sustituye a la dialéctica y
abigarramiento estético del barroco, de hondo calado en el sentir popular. Al
igual que en las carrozas anteriores, su diseño y hechura nos conducen a la
vanguardia artística de la Corte. Las conexiones con el imperante gusto
academicista son evidentes. Su diseño, a grandes rasgos, recuerda al carro
triunfal del grupo escultórico de Cibeles, realizado entre 1777 y 1782 por
Francisco Gutiérrez Arribas, Miguel Jiménez y el francés Robert Michel bajo
diseño de Ventura Rodríguez. Lo cierto es que el diseño de ambas máquinas deudor
del neoclasicismo del XVIII, resulta más correcto adscribirlo al estilo imperio
de los primeros años del XIX.
Ilustración 17. Grabado de la carroza de la Virgen de Gracia de Mascaraque. Publicado en BLANCO MOZO, José Luis: “Exaltación y triunfo. La carroza de Nuestra Señora de la Concepción de Navalcarnero”. |
Ambas carrozas, hoy
desaparecidas, retoman la iconografía del trono de Ezequiel con los cuatro
vivientes, identificados como el tetramorfos. Estos aparecen repartidos entre
las cuatro esquinas. En Mascaraque cada tetramorofos es acompañado de su
correspondiente evangelista. La figuración ya no campea por toda la superficie,
sino que se concentra en dos puntos, en la delantera y en la trasera elevada en
altura. En Mascaraque el arcángel San Miguel lanceando al diablo presidía el
frente. Dos evangelistas con sus tetramorofos flanqueaban el simulacro del
arcángel. En Pinto la delantera era presidida por un Cordero de Dios acompañado
de dos figuras del tetramorfos. En ambos casos la imagen mariana se encontraba
entronizada en la parte trasera sobre un plinto con gradas, ubicándose en los
flancos los otros dos evangelistas o tetramorfos restantes. Cerraba la
composición un gran sol, posiblemente realizado en metal, situado detrás de la
imagen.
La carroza triunfal de la Virgen
de la Soledad de Arganda del Rey
(Madrid) fue una de las grandes máquinas del siglo XIX. La historia de esta
carroza se encuentra íntimamente ligada con los sucesos acaecidos en la Villa durante
la guerra de la independencia. En 1808 las tropas francesas asaltaron la ermita
de la Soledad y destruyeron la antigua imagen de la Virgen atribuida a Gaspar
Becerra.
El sacerdote argandeño Marcelino
Sanz Riaza, dolido por tal sacrilegio, encargó una nueva al reputado escultor
José Ginés. Esta imagen fue bendecida el 24 de junio de 1810, día de San Juan
Bautista, siendo trasladada esa misma tarde en procesión desde la iglesia
parroquial a su ermita. Desde este momento la devoción a la Soledad aumentó tanto
que desplazó del patronazgo de la villa a San Juan Bautista. Las fiestas
patronales se trasladaron del 24 de junio al segundo domingo de septiembre, día
en que la hermandad de la Soledad celebraba la fiesta gloriosa de su titular
mariana.
Ilustración 19. Grabado del siglo XIX de la Virgen de la Soledad de Arganda del Rey sobre su carroza. Fuente: http://archivo.ayto-arganda.es/patrimonio/fp.aspx?id=901 |
En 1817, cuando estaba ya
consolidado el patronazgo de la Soledad, el sacerdote Sanz Riaza encargó la
construcción de una carroza de triunfo. Este mismo año también encargó la
realización de un nuevo retablo mayor para la ermita y un nuevo manto negro
tachonado de estrellas para que fuera lucido por la venerada imagen en su
fiesta gloriosa. Dos terceras partes del total (40.000 reales) fueron
sufragadas por el citado sacerdote. El encargo de la carroza se decidió por
concurso al que se presentaron varios diseños, siendo finalmente el elegido el
realizado por el pintor Antonio García y el escultor José Ginés. El primero
había participado en la policromía del retablo, mientras que Ginés había
tallado la imagen y era uno de los escultores y estuquistas más reputados del
momento. Ostentó, entre otros, el cargo de primer escultor de cámara de
Fernando VII en 1814 y honores de director de la Real Academia de Bellas Artes
de San Fernando en 1817. Fue autor, entre otras obras, de la matanza de los
inocentes del belén del Príncipe (hoy expuesto en el Museo de la Real Academia
de Bellas Artes de San Fernando de Madrid) o de la decoración escultórica de la
ermita de San Antonio de la Florida de 1795 cuyos frescos corrieron a cargo de
Goya. Es uno de los grandes escultores del neoclasicismo español.
Ilustración 20. Grabado del siglo XIX de la Virgen de la Soledad de Arganda del Rey sobre su carroza. Fuente: http://archivo.ayto-arganda.es/patrimonio/fp.aspx?id=901 |
Es muy significativo el encargo
de la carroza triunfal en este contexto, pues, podemos entenderlo como una
respuesta de desagravio frente a la profanación acaecida en el año 1808 por las
tropas francesas. No en vano, la imagen alegórica que dominaba el carro era una
representación de la religión, atacada en aquel acto sacrílego. La retórica
triunfalista y exaltada de la nueva carroza respalda además el cambio de
patronazgo de la villa de Arganda.
Ilustración 21.Grabado del siglo XIX de la Virgen de la Soledad de Arganda del Rey sobre su carroza. Fuente: http://archivo.ayto-arganda.es/patrimonio/fp.aspx?id=901 |
Ilustración 22. Pintura del siglo XIX de la Virgen de la Soledad de Arganda del Rey sobre su carroza. Fuente: http://archivo.ayto-arganda.es/patrimonio/fp.aspx?id=901 |
La carroza, destruida durante la
guerra civil, es ampliamente conocida gracias a numerosas representaciones
gráficas de los siglos XIX y XX. Así era descrita por Castellano y Carlés en su
libro sobre las imágenes Marianas de Arganda publicado en 1879[4]:
“La carroza es de figura oval, y la sirve de guía una estatua que
representa la religión con ropaje blanco, signo de pureza de María y con la
cruz de la redención en la mano. Detrás sobre una elegante peana va colocada la
santa imagen de María, sirviéndola de trono un medio círculo que a decir verdad
echa a perder el buen pensamiento del todo de la carroza, y sobre el cual hay
dos ángeles sosteniendo una corona que representan y ofrecen a su Reina y
Señora. Todo el círculo de la carroza formando una colgadura de hermoso azul
celeste con realces de guardamalletas doradas de muy buen gusto que unido al
vestido de guirnaldas, jarrones y floreros, hacen un aparato digno de la Señora
a quien se dedica.”
La carroza sigue la estela
estética marcada por las de Pinto y Mascaraque aunque con una mayor libertad
formal, menos sujeta a la normativa rigurosa del academicismo clasicista de las
últimas décadas del siglo XVIII. La curvatura de la trasera y el creciente
protagonismo que adquiere la decoración nos permite adscribirla a un estilo
cercano a la sensibilidad romántica.
Ilustración 23. Fotografía de la carroza con la Virgen de la Soledad de Arganda del Rey antes de su destrucción en la guerra civil. Fuente: http://archivo.ayto-arganda.es/patrimonio/fp.aspx?id=901 |
Ilustración 24. Fotografía actual de la Virgen de la Soledad de Arganda del Rey sobre su carroza. Fuente: http://archivo.ayto-arganda.es/patrimonio/fp.aspx?id=901 |
En el año 1940 se encargó una
nueva carroza de triunfo imitando a la perdida en la guerra civil que es la que
se viene usando en sus anuales fiestas septembrinas. Aunque inspirada en la
antigua, suprime algunos elementos como las ruedas exteriores y el trono
semicircular, que en opinión de Castellano y Carlés echaba a perder la
composición de la carroza. Su ausencia permite vestir a la imagen con un manto
de larga cola que cubre la trasera de la carroza. Unos candelabros guardabrisas
sustituyen a los jarrones clasicistas que se situaban frente a la imagen.
La exaltación gloriosa de la
Soledad de Arganda no tiene cabida en las celebraciones de Semana Santa. En
estas fiestas la imagen participa en las procesiones junto a los otros “pasos”
portada en andas y vestida de riguroso luto.
En la antigua villa de Vicálvaro (distrito de Madrid desde
1954), la Virgen de la Antigua contó con una interesante y teatral carroza.
Suponemos que esta fue construida en el siglo XIX o en las primeras décadas del
siglo XX. Fue destruida en la guerra civil y recreada en una nueva fechada en
el año 1949. Lamentablemente esta última, bastante fiel a la original, ha sido
sustituida hace pocos años por una realizada en los talleres alcarreños de
Hermanos Martínez de Horche (Guadalajara) que no reproduce el diseño de la
anterior.
Ilustración 25. Estampa de la primitiva carroza de la Virgen de la Antigua de Vicálvaro. Fuente: AA.VV. Historia de Vicálvaro. Madrid, 1987. |
Ilustración 26. Fotografía de la primitiva carroza de la Virgen de la Antigua de Vicálvaro. Fuente: AA.VV. Historia de Vicálvaro. Madrid, 1987. |
Esta carroza supone un nuevo
planteamiento del carro triunfal, fundado en un concepto de mayor teatralidad
que los carros triunfales “navegando” sobre un mar de fieles. La carroza estaba
compuesta por una estructura principal en forma de nube por la que asomaban
pequeñas cabecitas de querubines. En el interior de este primer cuerpo se
encontraba el chasis. Sobre esta plataforma, un grupo de angelitos tiraban de
un carro donde se entronizaba la imagen como si de un triunfo celestial se
tratara.
Aparte de estas carrozas existen
otras de las que no hemos podido reunir tanta información y que son de difícil
adscripción cronológica. Hasta la guerra civil la Virgen de la Piedad de Santa Olalla (Toledo) contó con una carroza
en forma de barco. La Virgen de los Santos de Móstoles (Madrid) cuenta con una interesante carroza triunfal, la
cual no sabemos si es posterior a la guerra o por el contrario es la que
entronizaba a la Virgen antes de la contienda. Esta última comparte elementos
comunes con la de la Virgen de la Caridad de Illescas (Toledo), como es el orbe situado a los pies de la imagen
mariana, coronada en la de Móstoles por un niño Jesús y en Illescas por un
ángel.
Ilustración 27. Fotografía antigua carroza de la Virgen de la Piedad de Santa Olalla (Toledo). Fuente: http://eulaliense.blogspot.com.es/ |
Ilustración 28. Carroza de la Virgen de los Santos de Móstoles. Fuente: http://patronademostoles.es/ |
Ilustración 29. Virgen de la Caridad de Illescas en la procesión mariana celebrada en Toledo en 1954. Fuente: http://www.ayto-toledo.org/archivo/exposiciones/SemanaMariana/SemanaMariana.asp |
Ilustración 30. Carroza de la Virgen de la Caridad de Illescas. Fuente: www.illescas.es |
El carro de triunfo, como
tipología de carroza, es una variante dentro de las estructuras de transporte
procesional, con una evolución propia y paralela a otros sistemas como las
andas o los tronos. No podemos considerarlos un elemento exclusivo de la idiosincrasia y tradición del antiguo
arzobispado toledano, puesto que también existen por toda la geografía hispana,
bien como soporte a la custodia de Asiento en la procesión del Corpus, o bien
como soporte a imágenes marianas. Sin embargo, hay que recalcar la importancia
y desarrollo que tuvieron en el eje Madrid-Toledo a juzgar por la cantidad y
calidad de piezas que han llegado a nosotros.
A.R.
BIBLIOGRAFÍA
AA.VV.: Historia de Vicálvaro. Madrid, 1987.
AA.VV.: Vicálvaro ayer y hoy. Madrid, 1989.
BLANCO MOZO, José Luis:
“Exaltación y triunfo. La carroza de Nuestra Señora de la Concepción de
Navalcarnero”, en Anuario del
Departamento de Historia y Teoría del Arte (U.A.M.), Vol. 18, 2015,
115-129.
CASTELLANO Y CARLÉS, Pascual: Noticias de las imágenes de la Santísima
Virgen María veneradas en Arganda del Rey. Arganda del Rey, 2002.
NICOLAU CASTRO, Juan: “La maqueta
del trono de la Virgen del Sagrario de la catedral de Toledo”, en Boletín de la Real Academia de Bellas Artes
de San Fernando”, 83, 2º semestre 1996, pp. 271-286.
RODRÍGUEZ DE GRACIA, Hilario: “El
Corpus de Toledo. Una fiesta religiosa y profana en los siglos XVI Y XVII”, en Zainak. Cuadernos de
Antropología-Etnografía, 26, 2004, pp. 385-410.
TORRE BRICEÑO, Jesús Antonio:
“Algunos datos históricos sobre la Virgen de la Soledad patrona de Arganda del
Rey”, en Anales complutenses, volumen
XIII (2001), pp. 128-154.
[1]
RODRÍGUEZ DE GRACIA, Hilario: “El Corpus de Toledo. Una fiesta religiosa y
profana en los siglos XVI y XVII”, en Zainak.
Cuadernos de Antropología-Etnografía, 26, 2004, p. 398.
[2]
Véase BLANCO MOZO, José Luis:
“Exaltación y triunfo. La carroza de Nuestra Señora de la Concepción de
Navalcarnero”, en Anuario del
Departamento de Historia y Teoría del Arte (U.A.M.), Vol. 18, 2015,
115-129.
[3] Véase:
NICOLAU CASTRO, Juan: “La maqueta del trono de la Virgen del Sagrario de la
catedral de Toledo”, en Boletín de la
Real Academia de Bellas Artes de San Fernando”, 83, 2º semestre 1996, pp.
271-286.
[4]
CASTELLANO Y CARLÉS, Pascual: Noticias de
las imágenes de la Santísima Virgen María veneradas en Arganda del Rey.
Arganda del Rey, 2002, pp. 22-23.
[5] AA.VV.: Vicálvaro ayer y hoy. Madrid, 1989. p.
24.