1. Introducción
Las
campanas y sus toques son posiblemente una de las parcelas
patrimoniales que entrañan mayor complejidad conservativa: por un
lado está lo que podemos llamar el patrimonio material, la torre y
las campanas y por otro lado el inmaterial, los toques, sin los
cuales los primeros no tienen sentido. En los últimos años,
gracias a una mayor sensibilización cultural y a la pérdida
generalizada del toque manual, se está empezando a recuperar y
conservar las campanas y sus toques. La primera labor de
conservación es la documentación, de campanas, campanarios y
toques, para tener registro de ellos y preservarlos de la
desaparición.
Resulta
cada vez más lejano, por desgracia, aquellos momentos en que las
campanas regían el día a día de ciudades y pueblos, marcando cada
uno de los momentos de la jornada a través de los toques de
oración, señalando con viveza los domingos y fiestas y anunciando
la muerte de un vecino.
No
son instrumentos al uso, son instrumentos con alma. Ya desde la Edad
Media eran conscientes de su importancia, por eso se les bendecía
(en principio solo por el obispo) y se le daba un nombre, como un
miembro más de la comunidad. Su voz por tanto, en virtud de esta
bendición, es oración, es más que un mensaje. Es por ello que los
pueblos y parroquias se han identificado estrechamente con sus
campanas y las hayan hecho sonar en todo tipo de circunstancias,
especialmente en momentos difíciles, en los que el sonido de la
campana actúa casi como intercesor.
Por
diferentes motivos la importancia de la que antaño gozaron los
bronces ha ido progresivamente reduciéndose hasta casi desaparecer.
Cada vez quedan menos campaneros, y por lo general los campanarios
tocan de manera mecánica, sustituyendo las manos por martillos
eléctricos y la capacidad creativa del campanero por un ordenador
que mueve los martillos con toques estandarizados.
2. La torre campanario
La
torre campanario de la iglesia de Santo Tomás Cantuariense es una
obra prototípica del barroco toledano, cuya tipología se repite
con frecuencia en la provincia y en otras localidades de Madrid y
Guadalajara (que también pertenecían al arzobispado Primado) donde
es tradicional la arquitectura en ladrillo. De planta cuadrada, se
levanta a los pies del templo, en el lado del evangelio. Su base la
componen dos hileras de sillares de piedra berroqueña, extraída
posiblemente de la cercana sierra de Gredos. Sobre ella el fuste de
la torre, horadado por algunas ventanas que iluminan el interior.
Éste llega hasta la cornisa del templo. Sobre él se levantan dos
cuerpos, siendo el superior el campanario. En cada uno de sus
frentes se abre una tronera de medio punto, flanqueada por sendos
resaltes verticales a modo de pilastras (elemento que se repite en
esta tipología de torres). Corona la fábrica una cornisa moldurada
de ladrillo sobre la que se levanta el tejado a cuatro aguas de teja
árabe, en cuyo centro se yergue un sencillo chapitel rematado con
orbe, veleta y cruz.
El
interior de la torre parece que fue reformado en los años ochenta
(existe una inscripción en la cámara bajo el campanario que pone:
“Lo izo/ Justino/ DE VILADA/ AÑO 1988”).
Se accede a la torre a través de una puerta situada a los pies del
coro, que da entrada a una pequeña estancia donde caen las cuerdas
de las campanas para las señales diarias. En esta estancia empiezan
las escaleras de subida, realizadas en obra, posiblemente en el
citado año 1988. Las escaleras concluyen en una cámara situada
bajo el campanario, que vienen a corresponderse con el primer cuerpo
de la torre. Desde esta pequeña estancia se accede a través de una
puerta metálica al último tramo de escaleras que conduce al
campanario. Desde el campanario hay una escalera de gato que permite
acceder al chapitel. En el centro el campanario hay una estructura
de metal con sendas garruchas que orientan las cuerdas de la campana
Gorda y Chica hasta la base de la torre. En la parte interior de las
troneras se ha colocado una redes metálica que impiden el paso de
palomas al interior de la torre. Esta medida de protección, aunque
evita que las palomas ensucien el suelo del campanario, dejan fuera
a las campanas.
En
fotografías antiguas se pueden ver los restos de una esfera sobre
el ventanal de la campana “Gorda”, cuya maquinaria del reloj
debió estar ubicada en una estancia, hoy desaparecida, localizada
entre el tejado y el piso del campanario. Actualmente no queda
ningún resto ni señal de la esfera ni de ninguna instalación de
reloj mecánico.
3. Las campanas
La
torre cuenta con un conjunto compuesto por tres campanas,
denominadas popularmente de menor a mayor “el campanillo”, “la
Chica” y “la Gorda”. A continuación adjuntamos la ficha
técnica de cada una de las campanas.
Nombre: Sagrada Familia, “Campanillo” (1) |
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Municipio: Alcabón (Toledo) |
Edificio: Iglesia parroquial de Santo Tomás Cantuariense |
Localización: Campanario
|
Diámetro: 52,5
Altura del bronce: 38 Borde: 5
|
Fundidor: Anónimo |
Año: 1782 |
Descripción: |
En el tercio se concentran las
únicas inscripciones de la campana: invocación a la Sagrada
Familia (“IHS MARIA JOSEP”) habitual en las campanas de los
siglos XVII y XVIII y la fecha de fundición del bronce (“AÑO
DE 1782”, con el 7 al revés). En el medio cruz en la parte
exterior y una inscripción incisa en 09 (y posiblemente muy
posterior a la fecha de fundición) de tipología industrial:
“JESUS A.C.”
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Asas: |
Tres
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Tercio: |
(dos cordones)/
“IHS MARIA
JOSEP AÑO 1782” (el 7 al revés)/
(dos cordones)
|
Medio: |
(00) (Cruz con
calvario)
(09) “JESUS A. C.”
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Medio pie: |
(cordón)/
(cordón
grueso)/
(cordón)
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Nombre: “Chica” o “Pequeña” (2) |
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Municipio: Alcabón (Toledo) |
Edificio: Iglesia parroquial de Santo Tomás Cantuariense |
Localización: Campanario
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Diámetro: 85
Altura del bronce: 76 Borde: 6
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Fundidor: Anónimo |
Año: 1511 ó 1591 |
Descripción: |
Campana
gótica con una inscripción letra gótica minúscula en el tercio
repartida en dos líneas: “#(Cruz)#
#ecem#crucem#domini#fugite#partes#adverse#vicit#leo#tribu#juda# /
#radix# #david# #alla#”. Presenta algunos errores ortográficos,
la frase escrita de forma correcta sería Ecce Crucem Domini,
fugite partes adversae, vicit Leo de tribu Juda, Radix David,
Alleluia, que en castellano quiere decir: He aquí la cruz del
Señor, huid fuerzas enemigas, venció el León de Judá, la raíz
de David, Aleluya. Esta jaculatoria se atribuye a San Antonio, que
la compuso para una pobre mujer que buscada ayuda contra las
tentaciones del demonio. El papa Sixto V popularizó esta pequeña
oración al mandarla colocar en la base del obelisco de la Plaza
de San Pedro. Aparece con frecuencia en campanas góticas.
Tras
la inscripción la fecha de fundición: “#ano# #m# d #ix#
#i#”. Esta inscripción presenta una i latina entre la centena y
la decena que dificulta la lectura correcta de la fecha. Parece
que es una conjunción inserta entre los números romanos, de modo
que la lectura literal del año es mil quinientos y once
(1511). Pero, también parece que, al estar unida a la X entre la
centena y la unidad, indica la decena, señalando que se trata del
año mil quinientos noventa y uno. Estos tipo de errores al
escribir en números romanos pueden aparecer en inscripciones
antiguas (en la inscripción previa existen varios). Por tanto,
preferimos no inclinarnos si es correcta 1511 ó 1591, nos
atenemos al hecho concreto de que estamos ante un bronce del siglo
XVI.
En el medio, en la
parte exterior, la cruz con calvario, con los tres clavos y en la
parte interior un “ihs”, monograma de Cristo y bajo este
sendos relieves. Corona el relieve del interior una cruz de gajos,
típica del final del gótico, alusión simbólica de la cruz como
árbol de la vida, orlada por algunos improperios, como la lanza.
Bajo la Cruz un relieve de un santo no identificado en una
arquitectura de tracería gótica.
|
Asas: |
Siete, como es habitual en las
campanas góticas, el asa central sobresale notablemente sobre las
restantes.
|
Tercio: |
(dos cordones)/
“#(Cruz)#
#ecem#crucem#domini#fugite#partes#adverse#vicit#leo#tribu#juda# /
(cordón)
#radix# #david#
#alla# #ano# #m# d #ix# #i#”/
(cordón)
|
Medio: |
(06)(ihs)/
(06)(Cruz)/
(06)(capilla
con santo)/
(tres cordones)
(00) (Cruz con calvario)
|
Medio pie: |
(tres cordones)
|
Pie: |
(cordón) |
Nombre: Santo Tomás Cantuariense, “la Gorda” (3) |
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Municipio: Alcabón (Toledo) |
Edificio: Iglesia parroquial de Santo Tomás Cantuariense |
Localización: Campanario
|
Diámetro: 106
Altura del bronce: 80 Borde: 7
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Fundidor: LINARES E HIJOS, Eduardo |
Año: 1888 |
Descripción: |
Campana romana con
inscripciones en tercio y en un cartucho ubicado en el medio. En
el tercio la dedicación y la fecha: “DEDICADA A STO TOMAS
CANTUARIENSE EN 1888”, Santo Tomás Cantuariense (o de
Canterbury), es el santo al que se encuentra dedicada la iglesia
parroquial. En el medio (06), en un cartucho coronado por una
custodia: “EDUARDO LINARES E HIJOS/ ME HICIERON SIENDO CURA/
PROPIO D ANDRES MAROTO Y/ RODRIGUEZ MAYORDOMO DE/ FCA D
NICANOR CAMAÑO ##”, es decir, Eduardo Linares e Hijos me
hicieron siendo cura propio don Andrés Maroto y Rodríguez;
mayordomo de fábrica don Nicanor Camaño”.
|
Asas: |
Siete
|
Tercio: |
(cordón)
(dos
cordones)
(cordón)
“DEDICADA
A STO TOMAS CANTUARIENSE EN 1888”
(cordón)
(dos
cordones)
(cordón)
|
Medio: |
(06)(Custodia)/
(06)(en
cartucho: “EDUARDO LINARES E HIJOS/ ME HICIERON SIENDO CURA/
PROPIO D ANDRES MAROTO Y/ RODRIGUEZ MAYORDOMO DE/ FCA D
NICANOR CAMAÑO ##”)
(00) (Cruz con calvario)
|
Medio pie: |
(cordón)/
(cordón)/
(dos cordones)/
(cordón)/
(cordón)
|
El
conjunto presenta una tipología habitual en Castilla: dos campanas
grandes (desde el norte hasta Madrid y Guadalajara es frecuente que
estas sean romanas) y una o dos pequeñas, llamados campanillos o
cimbalillos. La diferencia de tamaño facilita la percepción sonora
de las cada campana y asocia su tamaño según una organización
jerárquica en función de la importancia del mensaje que se quiere
transmitir. Al ser dos las campanas, actúan a modo de “macho” y
“hembra”, idóneas para el repique, y destacando la grande (el
“macho”) en solitario para determinados toques de importancia.
Una peculiaridad de Alcabón (que no es exclusiva, pues en el vecino
pueblo de Santa Olalla también aparece) es que la campana “Gorda”
es romana, mientras que la “Chica” es de perfil esquilonado. Las
campanas romanas presentan un perfil mucho más abombado y su sonido
es más ronco y seco. Lo frecuente es que o las dos sean romanas o
de perfil esquilonado, pero no una de cada. El campanillo participa
un tanto aparte de las campanas, para toques diarios (como Misa
primera) oficios menores o toques vinculados con la muerte de niños,
por eso de que su timbre agudo recuerda a la Gloria a la que llegan
inmediatamente después de morir sin necesidad de purgar sus
pecados.
Desconocemos
la historia material de este conjunto, cuya trayectoria se puede
seguir a través de los documentos parroquiales, pero queremos
destacar un dato que nos facilitaron cuando documentamos las
campanas: una de las tres campanas fue traída al pueblo en los años
cincuenta. No supieron especificar de cuál se trataba, aunque
sospechamos que ese bronce debía ser “la Chica”, pues su
antigüedad es realmente inusitada.
4.Los yugos
No
podemos olvidarnos de los yugos, las estructuras de maderas en las
que se anclan las campanas. Aunque puede considerarse un elemento
secundario no lo es, pues junto al badajo, permiten que la campana
pueda emitir su sonido. La hechura tradicional de los yugos es la
suma de experiencias seculares que le han conferido una tipología y
unas proporciones y elementos adecuados para el toque. En España
existían diferentes tradiciones y formas de realizar yugos, siendo
la forma toledana una de las más características, cuyas
peculiaridades son fácilmente identificables. Aunque genéricamente
los llamamos toledanos, utilizamos este gentilicio para referirnos
de una forma global a todo el territorio que antiguamente abarcaba
el arzobispado de Toledo, cuyos límites se extendían de
Extremadura a Cuenca y de Guadalajara a Jaén. Aparte de estos
territorios, este modelo tuvo también mucha difusión por
territorios de otros obispados que estaban integrados en la antigua
provincia eclesiástica toledana, como por ejemplo la diócesis
conquense.
Son
yugos achatados, con ejes acodados, que realzan además la campana y
la empotran en el brazo. Solían realizarse con tres piezas de
madera, que debía ser de olmo (ulmus minor). El gran
diámetro de sus ejemplares maduros y la dificultad de hendir sus
fibras los convertían en unas maderas adecuadas para la fabricación
de yugos siguiendo los patrones toledanos. Este tipo de yugos
suelen estar compuestos por tres piezas de madera: el brazo, un
contrapeso y el cabezal. El brazo es la pieza de mayor tamaño, en
sus extremos se encuentran insertados en sendas acanaladuras los
ejes acodados. El contrapeso es una pieza que va colocada sobre el
brazo. El cabezal suele ser de menor tamaño que el contrapeso y va
colocado sobre el contrapeso en sentido transversal, su función es
sujetar los herrajes y abarcones de hierro que anclan la campana al
yugo. El eje acodado y el empotramiento de de la campana en el brazo
hacen que ésta se levante por encima del eje de rotación y
participe en el contrapeso.
Para su correcto equilibrado los yugos cumplen una serie de proporciones:
- Altura yugo = altura campana (desde el hombro al labio).
- Altura brazo = ½ altura campana.
- Escotadura inferior del brazo= 1/4 altura campana.
- Altura extremos del brazo=1/4 altura de la campana.
- Altura contrapeso= ½ altura campana.
Junto
a las piezas de madera existen numerosas piezas de hierro. Los ejes,
acodados, permiten el movimiento de la campana. Para asegurar su
estabilidad suelen estar reforzados por unas abrazaderas. En los
frentes del brazo suelen aparecer unos herrajes, generalmente en
forma de arco, que aseguran la estabilidad de la pieza y la
refuerzan. Los tirantes y abarcones sujetan la campanas, estos se
anclan en las asas y son atornillados sobre el cabezal, el cual
atraviesan. Otro elemento metálico que no suele faltar es la
palanca de hierro, recta o curvada hacia o hacia abajo, sirve para
balancear la campana sin tocar el bronce.
La
combinación de todos estos elementos dan como resultado un yugo que
en movimiento genera un tipo de ritmo muy característico, diferente
al de otras formas de elaborar yugos, como el valenciano. Si bien el
volteo con yugos valencianos es más cadencioso y solemne, el de los
yugos toledanos es más “ligero”, puesto que el eje de rotación
se encuentra en la campana y no por encima de ella.
Yugo de la campana Gorda |
La
peculiaridad de las campanas de Alcabón es que todas se encuentran
fijas, con los brazos de los yugos empotrados en los muros. Esta
situación, aunque la consideremos tradicional en el pueblo, no es
habitual en la Archidiócesis, puesto que en la mayoría de los
casos las instalaciones tradicionales contemplaban la posibilidad de
poder tocar en movimiento las campanas. Lamentablemente, la
rehabilitación del interior de la torre no conservó elementos
tradicionales de la instalación que nos podían haber dado alguna
pista para comprender mejor esta situación. Sospechamos que no
debió ser nunca así, puesto que las campanas tienen desgastados el
lado del labio que da al exterior, señal de que el badajo también
golpeaba en el otro lado y probablemente en movimiento. Por tanto la
posible modificación de los yugos debió tener lugar después de
1888, año de fundición de la campana más moderna del conjunto.
5. Los toques
Gracias
a la gentileza de Miguel Ángel Alba hemos podido documentar los
toques tradicionales de Alcabón.
Miguel Ángel Alba tocando las campanas |
Miguel Ángel actualmente sigue
tocando para llamar a Misa los domingos, en fiestas y en otras
ocasiones a las que pueda acudir. Aprendió los toques siendo
monaguillo en la parroquia. La lista de toques es la siguiente:
- Misa: se usa para días feriales. Son tres toques, el primero media hora antes de iniciar la celebración, el segundo quince minutos antes y el último poco antes de empezar. Consiste en una serie de campanadas con la “Gorda” dejando al final un espacio para indicar seguidamente con una, dos o tres campanadas si es primer, segundo o tercer toque.
- Repique: es el toque festivo por excelencia. Este se efectúa en fiestas, procesiones, en el Gloria de la Vigilia Pascual y Navidad y en bodas. Consiste en un repique con “la Chica” y “la Gorda”. Este se inicia con un “repiquete” con ambas campanas por separado, continuado de lo que es propiamente el repique. En las misas de domingo, fiestas y bodas el repique precede al primer toque de Misa.
- Entierro: este toque “a muerto” se usa para llamar a la Misa funeral y de acompañamiento en el entierro. En el primer caso este se realiza antes del primer toque de Misa, del mismo modo que el repique de domingos y fiestas. El toque consiste en el toque lento de “la Chica” y “la Gorda”, dando un golpe a la primera y dos a la segunda.
- Muerte adulto: las conocidas como “las campanadas”. Se dan cuando se tiene noticia de la muerte de una persona del pueblo. Consiste en una serie de campanadas pausadas con “la Gorda”, 32 para indicar que el finado es hombre y 16 si es mujer.
- Muerte niño: La Iglesia Católica tradicionalmente ha considerado que los menores de siete años, que no tienen conciencia de pecado, al morir no necesitan purgar pecados por lo cual van directamente al Cielo. Por ello la muerte de niños se indica de forma diferente que la de los adultos. Tradicionalmente en España este matiz se marcaba con el uso de las campanas pequeñas de las torres, de timbre más agudo. En Alcabón se señalizaba mediante el toque pausado del “Campanillo”.
- Bautizo: Para avisar del bautizo de un niño se realizaba un repique con el campanillo.
- Arrebato: En incendios o cualquier otra calamidad que requería la presencia y ayuda de la gente del pueblo se avisaba haciendo el mayor ruido posible con las campanas. Generalmente este toque se realizaba empleando todas las campanas, de forma rápida, sin un esquema rítmico establecido.
Esta
es la lista de toque tradicionales recogidos en Alcabón. Un elenco
de toques similar a los documentados en otros pueblos del antiguo
arzobispado Toledano y en comparación con otras parroquias
similares como el vecino pueblo de Escalonilla (que ha
conservado una veintena larga de toques) resulta bastante
simplificado. Por otro lado existe el recuerdo de toques ya
olvidados como el del Ángelus.
5. Conservación y
propuestas en una eventual restauración
Para
concluir incluimos una serie de recomendaciones para mejorar la
conservación de las campanas, una serie
de consejos sencillos como medidas preventivas, que pueden llevarse
a cabo sin recurrir a ningún técnico o profesional.
Badajo de la "Chica". Golpea alto ¡¡¡PELIGRO DE ROTURA!!! |
- Badajos: Hemos observado que los badajos de las campanas no golpean convenientemente, “la Gorda” tiene el badajo un tanto descolgado, mientras que el badajo de “la Chica” no se corresponde con la campana, es un poco más corto de lo que le correspondería y por tanto los golpes los realiza por encima de donde debería. Este aspecto es muy importante, porque un badajo que golpea mal puede romper una campana. La bola del badajo debe golpear en la arista del labio de la campana, o un centímetro (como mucho) por encima, pero nunca más arriba. Ese punto concreto es donde debe golpear el badajo porque es donde se concentra el mayor espesor de bronce y donde, al percutir el badajo, se produce el mejor sonido. Por tanto, recomendamos que el badajo de “la Gorda” sea reajustado y subido convenientemente, de forma que la bola del golpee en el punto. En “la Chica” se puede ajustar con una cuerda de forma que quede un poco descolgado para que la bola del badajo golpee en su punto. Esta solución solo se puede hacer en este caso porque la campana está fija, si fuera de movimiento JAMÁS se debería hacer, puesto que un badajo descolgado puede golpear en cualquier sitio y acabar rompiendo el bronce. Otra opción más costosa, pero quizás más segura, es encargar un badajo nuevo adaptado a la medida de la campana.
Badajo de la campana Gorda |
- Cambio de sujeción de “la Chica”: Todas las campanas necesitan un reaprete de las sujeciones. Aparte de este intervención de conservación nada extraordinaria, existe un problema de diseño en la sujeción de la “Chica” que hace peligrar su seguridad: los orificios que atraviesan los abarcones y tirantes de hierro no están alineados, de forma que los tirantes de los extremos tiran hacia afuera de los pasadores que sujetan las asas laterales. Si no se alinean correctamente los tirantes con los abarcones centrales, éstos seguirán tirando hacia afuera y los pasadores laterales se saldrán, quedando la campana sostenida únicamente por los abarcones de las asas centrales, con el consiguiente riesgo de que la campana acabe por desprenderse.
Detalle del sistema de sujección de la campana "Chica"
- Protección
legal de la campana “Chica”:
Como bien refleja la breve ficha técnica de la campana “Chica”
fue fundida en el siglo XVI (en 1511 ó 1591), es una campana de
las denominadas góticas, por el tipo de escritura, la decoración
exterior y la forma de las asas. Es una reliquia sonora de unos
quinientos años y con la certeza absoluta de que su sonido es
exactamente igual que cuando se fundió, puesto que las campanas
son los únicos que conservan su sonido original sin ninguna
alteración (a no ser que se rompan). El número de campanas
góticas conservadas en España es bastante reducido, por lo cual
se debe incoar expediente para proteger legalmente la campana a
través de la declaración de BIC y garantizar así su conservación
y una correcta restauración.
Detalle de las inscripciones en letra gótica.
6. Criterio de
restauración en una eventual restauración
Aunque el estado de conservación del campanario y de las campanas es aceptable, establecemos aquí el criterio que se debe seguir en futuras intervenciones, cuyo objetivo es conservar los valores tradicionales, tanto materiales (las campanas, los yugos y las instalaciones) como inmateriales (los toques).
En
primer lugar, las campanas presentan una suciedad de palomina que
en parte posiblemente sea anterior a la colocación de las rejas.
Debemos recordar que la palomina tiene numerosos compuestos
químicos que producen la corrosión del metal y que, con el paso
del tiempo, hacen una pátina que faja la campana y coarta un poco
su sonido. Las rejas es cierto que evitan la entrada de palomas,
pero su colocación interior no impide que las palomas ensucien las
campanas. Existen diferentes estrategias para evitar que sean
ensuciadas sin causar un gran impacto visual, como retranquear las
campanas hacia el interior y poner redes de poco impacto visual en
el exterior de los ventanales. La mejor solución es mantener de
modo frecuente la presencia del campanero en los campanarios y
evitar toda posibilidad de anidamiento o permanencia más o menos
temporal de palomas en la torre. En el caso de quedar restos de
palomina (como es este caso) lo mejor es retirarlos y evitar que
ésta cause futuros problemas. Si en un futuro se quisieran
restaurar las campanas, existe la posibilidad de limpiar con chorro
de arena húmero la superficie de las campanas, que suprime el
efecto pernicioso de la pátina natural del bronce mezclado con los
restos de palomina.
Si
se plantea una posibilidad futura de mecanizar las campanas, ésta
debe hacerse teniendo en cuenta que la
mecánica no es un sustituto del campanero, sino una herramienta al
servicio del campanero.
Su colocación debe hacerse de forma que no impida la realización
del toque manual. Los martillos se deberán colocar en el lateral
exterior (preferiblemente el izquierdo), nunca en el interior y los
toques programados deberán tomar como referencia los manuales.
Existe una tendencia cada vez creciente de poner campanas a volteo
de forma indiscriminada, sin tener en cuenta las formas
tradicionales, volteando para cualquier toque, en detrimento de los
tradicionales. Tradicionalmente, en el territorio del arzobispado
de Toledo, el volteo se limitaba a cuatro o tres veces al año,
para fiestas muy importantes en la localidad (Domingo de
Resurrección, Corpus, fiestas patronales,, titular de la parroquia
…) y fuera de estas situaciones todos los toques se realizaban
mediante toque de badajo y ocasionalmente balanceando las campanas.
Puede existir en un futuro la intención de sustituir los yugos y
ponerlas a volteo. En este caso debe tenerse en cuenta la tradición
formal de los yugos en el arzobispado descrito en el capítulo
tercero y por otro respetar las contadas ocasiones en las que se
reservaba tradicionalmente esta forma de toque, para pocas
festividades al año. Por eso recomendamos que no se instalen
motores de volteo, para obligar de cierta forma el volteo manual y
evitar que en un futuro se abuse del volteo y le reste solemnidad.
Debemos tener sumo cuidado con algunas empresas que entre sus
catálogos venden yugos “toledanos” cuando en realidad no
cumplen las características definitorias de esta tipología. Si no
tienen ejes y cabeza estrecha no son yugos toledanos. La
instalación de un yugo que no cumple estas características puede
ser considerada como una destrucción patrimonial, pues este tipo
de yugo genera una sonoridad y unos ritmos propios y muy
característicos, diferentes a los que tienen ejes rectos y no
empotran la campana el brazo.
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Comparativa 2. A la izquierda la campana Gorda de
Escalonilla con su yugo original y a la derecha con el yugo que
se le puso tras la restauración (acometida por Rivera)
calificado como “toledano”. Como puede verse no respetó el
diseño tradicional, lo cual se considera una destrucción
patrimonial.
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6. Promoción y
difusión del toque manual
Es conveniente en poblaciones como Alcabón, donde todavía se
conservan los toques manuales, hacer difusión de ellos y que la
gente los conozca y se identifique con ellos, como integrante de
una comunidad regida por estas campanas, bien a través de muestras
de toques o difusión de ellos en artículos en publicaciones
locales. Es bueno también orientar actividades divulgativas a
niños, sobre los cuales las campanas suelen ejercer una
fascinación especial. Seguro que alguno muestra interés por
aprender a tocar. Se puede también, si se desea, enriquecer el
repertorio de toques adaptándolo a las actividades y necesidades
de la parroquia a través de toques de poblaciones cercanas, pues
los toques dentro del arzobispado presentan un patrón común muy
coherente, sujeto a variaciones locales propias del uso. La
simplificación experimentada en los repertorio en el último siglo
puede ser suplida con toques de otras poblaciones donde han
conservado mayor número