Ilustración 1. Recreación virtual del retablo mayor de la
Iglesia Penitencial de la Pasión.
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Antes de comenzar es necesario
agradecer a Francisco Javier Juárez Domínguez, autor del blog Cofradías Sacramentales, de Gloria y
Devocionales en Valladolid, su colaboración, sin la cual este artículo no
hubiera sido posible.
La Iglesia Penitencial de la
Cofradía de la Pasión de Valladolid (actualmente sala de exposiciones del
Ayuntamiento), contó con un rico patrimonio que desapareció o se dispersó tras
el cierre del templo en el año 1926.
El retablo mayor fue concertado
en 1657 con los ensambladores Alonso y Antonio de Villota y el escultor
Francisco Díaz de Tudanca siguiendo las trazas de Cristóbal Ruiz de Andino[1].
Martín González[2] subraya
la importancia de este retablo, el primero documentado en Valladolid, que
contaba con columnas salomónicas “conforme a la traza y arte, revestidas de
talla menuda, que ha de ser hoja de parra… con sus racimos y pajaritos que
piquen en ellos y otras cosas convenientes a el modo de los del Buen Suceso[3]”.
En el modelo al que se refieren las condiciones del contrato, el retablo mayor
del Buen Suceso de Madrid, encontramos las claves del retablo mayor de la
Pasión.
El retablo mayor del Buen Suceso
de Madrid, lamentablemente desaparecido, fue trazado por Pedro de la Torre (c.
1596 – 1677), ensamblador activo en Madrid que en la cuarta década del siglo
XVII, abre el camino hacia un barroco pleno cada vez más alejado del modelo
escurialense instaurado por el retablo mayor del Monasterio del Escorial trazado
por Juan de Herrera.
Parece ser que el retablo madrileño
estaba ya concluido en 1637, siendo la imagen de la Virgen del Buen Suceso entronizada
en el camarín en 1641. Constaba de un cuerpo principal con ocho columnas
salomónicas de cinco vueltas, cuatro dispuestas en un primer plano y el resto
retranqueadas en un segundo plano. En el centro se situaba el simulacro mariano
en un camarín abovedado con ventana-transparente, al que se accedía por una
puerta ubicada en el zócalo del retablo. Remataba el conjunto un segundo cuerpo
presidido por un lienzo de Santiago Apóstol entre dos machones. La decoración
se basaba en tarjas cactiformes propias de este momento[4].
Ilustración 2. Nuestra Señora de la Pasión. Iglesia de San
Quirce, Valladolid. Fuente: http://www.sagradapasion.com/Multimedia/Fotos/Virgen/Virgen%20Detalle2.htm
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El gran conjunto del Buen Suceso
compuesto por retablo y camarín-transparente se instauró como modelo emulado en
diversos santuarios marianos de España, gracias al creciente florecimiento del
culto mariano, especialmente centrado en la veneración de las imágenes
patronales. Pedro de la Torre fue requerido para la construcción del retablo y
camarín de Nuestra Señora de Begoña de Bilbao en 1640 y el de la Nuestra Señora
de la Fuencisla de Segovia 1645 en colaboración con el jesuita Francisco
Bautista y el ensamblador José de Arroyo. El retablo mayor de la iglesia
penitencial de la Pasión de Valladolid sigue la estela del modelo creado por
Pedro de la Torre; de hecho, se menciona el retablo madrileño como modelo que
debía imitar Ruiz de Andino. El esplendor que experimentaba la Cofradía Penitencial y la creciente devoción de la imagen titular de Nuestra Señora de
la Pasión (imagen renacentista que formaba parte de un paso junto a los dos ladrones crucificados, san Juan y la Mgdalena), en detrimento de San Juan Bautista, a quien estaba dedicado el
antiguo retablo mayor de la Penitencial[5],
justifican la elección de este modelo.
Ilustración 3. Retablo mayor del Carmen Extramuros de
Valladolid entre 1926 y 1972.
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Lamentablemente, tras el cierre
de la iglesia penitencial de la Pasión en 1926, todo el rico patrimonio que se
encontraba en su interior fue repartido entre diferentes iglesias de la ciudad
como el Santuario Nacional de la Gran Promesa, el monasterio de San Quirce y
Santa Julita y el Santuario del Carmen Extramuros, donde fue a parar el
malogrado retablo mayor de la Pasión que por aquel entonces ya debía
encontrarse en mal estado debido a la humedad. Los restos que quedaban del
retablo fueron recompuestos junto con otros de diversa procedencia por el
escultor Ramón Núñez. Tomando como base el retablo de la Pasión, se creó una composición
formada por retablos de diversa procedencia, restos de la caja de un órgano y
el tornavoz de la iglesia de la Antigua, que hacía las veces de cupulín del
manifestador. Fue inaugurado el 29 de junio de 1928, solemnidad de San Pedro y
San Pablo[6].
Este retablo fue nuevamente reformado en el año 1972 para adaptarse a la
cabecera de la capilla de San Joaquín, Santa Ana y Nuestra Señora de la Virgen de la Mano del mismo templo, en cuya
ubicación todavía se conserva. Tanto en el actual retablo, como en la
composición anterior como retablo mayor del Carmen, es muy difícil identificar
elementos procedentes del retablo de la Pasión, quizá el marco en arco que
cierra la composición, los restos del camarín con cornucopias y algunos
relieves que pudieron decorar las entrecalles.
Ilustración 4. Actual retablo de la capilla de San Joaquín, Santa
Ana y Nuestra Señora de la Mano. Santuario del Carmen Extramuros. Valladolid.
Autor: Zarateman. Fuente: Wikipedia.
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Desafortunadamente, no se conserva
ninguna fotografía del retablo cuando todavía ocupaba el testero de la
penitencial de la Pasión, lo cual resulta llamativo porque sí se conservan del Cristo del Perdón y el del Azotamiento, situados en sendos
retablos ubicados en los machones de la embocadura de la capilla mayor.
Para saber cómo era el retablo es
necesario recurrir a la información documental que se conserva del mismo, y
gracias a ella, recrear de forma virtual cómo pudo ser. Blanca García Vega[7]
publicó en 1995 un artículo proponiendo una reconstrucción basada en un grabado
de la Virgen de la Pasión conservado en la Biblioteca Nacional de París, realizado
en el último tercio del siglo XVII por el grabador parisino Henri Bonnart. En
el grabado aparece la imagen de la Virgen de la Pasión y parte del retablo con elementos
mencionados en el contrato de 1657, como son el serafín con festones en la
clave del arco, las columnas salomónicas con talla menuda, las contrapilastras
y los florones de las enjutas.
Recapitulemos todos los datos de
que disponemos para proponer una reconstrucción virtual del retablo:
1.- En el contrato de 1657 se
describen elementos concretos del retablo. Debía tener seis columnas
salomónicas “conforme a la traza y arte, revestidas de talla menuda, que ha de
ser hoja de parra… con sus racimos y pajaritos que piquen en ellos y otras
cosas convenientes a el modo de los del Buen Suceso”. Las columnas debían asentar sobre pedestales
con “bichas”. Las entrecalles debían estar decoradas con festones con frutas. El
intradós del arco debía estar decorado con artesas y florones. En la clave del
arco debía situarse una cartela con un serafín con festones de frutas. Sendos
florones debían decorar las enjutas del arco. El venerado simulacro mariano
debía entronizarse sobre una peana ochavada de plata portada por cuatro ángeles
mancebos. En el contrato se especifica que deben ser cuatro ángeles, dejando
una mano libre para portar una vela. Debía haber también dos ángeles con sus
peanas situados en la parte alta del retablo, sobre las columnas laterales[8].
2.- García Vega publica una serie
de datos hasta entonces inéditos en los que se realiza el seguimiento de las
obras de tallado, acondicionamiento del presbiterio, colocación del retablo y
dorado del mismo. Resumiendo su publicación obtenemos lo siguiente:
En el contrato de hechura se
especificaba que en noviembre de ese año (1657) se debía romper la pared de la
cabecera para abrir el camarín. Al finalizar 1658 el camarín ya estaba
terminado. A lo largo de 1659 la cofradía paga a Díaz de Tudanca por la talla y
a Villota por su labor de ensamblaje. Ese mismo año se paga al albañil Tomás
García por las obras del camarín. Alonso de Villota recibe una cantidad de
dinero por el marco de la reja que hizo para el camarín. Imaginamos que se
trata a la ventana del transparente, para la cual el herrero Crispín Santos
había forjado la reja y las varillas del enrejado de la vidriera. Alonso de
Villota recibió también el pago por la puerta primera del camarín. A mediados
de marzo de 1659 se colocan los pedestales de piedra para el altar mayor, con
piedra traída el año anterior, parte de la carga eran piedras de río que
sirvieron para solar el interior del templo. Una vez colocadas estas piedras
sobre las que se asentaría la obra del retablo, se colocaron las puertas de los
dos nichos a los lados del altar mayor. Las obras se interrumpen en Semana
Santa. El retablo, ya colocado inicia su fase final de dorado el 6 de junio por
José Díaz de Aragón. Las obras se prolongan hasta finales de agosto, dándose por
finalizados el 29, coincidiendo con la festividad de la Degollación de San Juan
Bautista, patrono de la Cofradía.
Uno de los elementos que más
protagonismo adquirieron en el retablo fue la peana sobre la que se asentaba la
imagen mariana. En el contrato de hechura se especifica cómo debía componerse
la pieza. Esta peana servía además como andas procesionales. Entre los
descargos de la cofradía aparecen los 20 reales pagados al hijo de Villota por
los banzos de la peana efectuados el 22 de junio de 1659.
Sin embargo, el retablo
experimento reformas que alteraron su aspecto. En 1740-41 se pagó por un “arco
de cornucopia” para el retablo mayor. ¿Puede ser ese arco de cornucopia el que
todavía se conserva en el retablo de la capilla de la Virgen de la Mano del
Carmen Extramuros?
3.- Gracias a las numerosas
representaciones de la venerada imagen titular conocemos de una forma
aproximada la peana. En el Monasterio de San Quirce se conserva un cuadro del
siglo XVII a modo de verdadero retrato de Nuestra Señora de la Pasión. Parece ser
que este retrato, junto al Cristo de la Elevación y un cuadro de San Juan
Bautista, presidían la Sala de Cabildos de la penitencial. El grabado de Henri
Bonnart (último tercio del siglo XVII) representa la imagen con su peana y la
embocadura del retablo. En el Libro 3º, folio 2 de la Cofradía de la Pasión
aparece una sencilla e ingenua ilustración fechada entre 1675 y 1715. Finalmente, el grabado de Diego Pérez de 1772
y retocado por Julián Hugano en 1826.
Ilustración 5. Nuestra Señora de la Pasión. Anónimo siglo
XVII. Monasterio de San Quirce y Santa Julita Valladolid. Fuente: http://www.sagradapasion.com/Multimedia/Fotos/Otras.htm
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Ilustración 6. Nuestra Señora de la Pasión. Henri Bonnart,
último tercio siglo XVII. Gabinete de Estampas, Biblioteca Nacional, París.
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En todas estas representaciones aparece
la peana. En las tres primeras aparecen los cuatro ángeles de los ángulos que
se especificaban en el contrato y un angelito tenante en la parte baja. En el
de Diego Pérez, el más actual, no aparece este angelito, e introduce un fondo
arquitectónico que parece corresponderse con el camarín.
Ilustración 7. Ilustraión del Libro 3º, folio 2 de la Cofradía
de la Pasión.
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Ilustración 8. Nuestra Señora de la Pasión, Diego Pérez 1772.
Retocado por Julián Hugano en 1826.
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4.- En el artículo que Álvarez
Terán[9]
dedica a la Iglesia de la Pasión, aparece una fotografía del testero de la nave
en ruinas y sin el retablo. La instantánea fue tomada entre 1926 y 1933. En
ella puede verse al fondo del testero un arco con una ventana horadada y cegada
y un hueco lateral que parece el acceso a un posible camarín. Según García Vega
esta instantánea evidencia las transformaciones sufridas por el camarín en un
primer momento como camarín-transparente y una segunda ampliación
arquitectónica: “Primero el camarín debió ser bastante sencillo, con vidriera y
reja, posteriormente se amplió el camarín en ábside, tal como se aprecia en la
estampa de 1772, y en el momento de la foto ese espacio debió desaparecer de
nuevo. Actualmente lo que fue camarín absidial se ha perdido para la iglesia y
lo ha ganado el solar del edificio contiguo”[10].
Ilustración 9. Fotografía presbiterio iglesia de la Pasión
entre 1926 y 1932. Fuente: artevalladolid.blogspot.com
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En la mentada fotografía de
Álvarez Terán se aprecia, detrás del montón de escombros bajo la cúpula, lo que
parece el basamento del retablo. Éste además parece estar unido al arco fajón
de la cúpula, de modo que el retablo no estaba del todo pegado al testero y
aprovechaba el último tramo y los huecos laterales para el camarín.
Ilustración 10. Recreación virtual de la
planta de la capilla mayor de la Iglesia Penitencial de la Pasión con el
retablo y el camarín con sus puertas, acceso y transparente en el siglo XVII.
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Ilustración 11. Recreación virtual de la
capilla mayor de la Iglesia Penitencial de la Pasión con el camarín absidial
del siglo XVIII (en color verde).
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García Vega realiza una propuesta
gráfica del retablo, tomando como base el grabado de Bonnart, añadiendo las
seis columnas y recreando un ático inspirado en el retablo mayor de la iglesia
de San Martín de Valladolid, contratado en 1672 por el ensamblador Pedro de Cea
pero completado en 1681 por Cristóbal Ruiz de Andino[11].
Recordemos que éste último trazó el retablo. Este retablo presenta elementos
que recuerdan al malogrado retablo del Buen Suceso de Madrid, como las grandes
columnas salomónicas con talla menuda dispuestas en dos planos y el ático
superior presidido por un relieve (en el madrileño era un lienzo) entre
machones.
Ilustración 12. Recreación retablo mayor de la Pasión de Blanca García Vega. |
Ilustración 13. Retablo mayor de San Martín,
Valladolid. Autor: Luis Fernández García.
Fuente: wikipedia.
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Basándonos en todos estos datos y
premisas hemos elaborado una reconstrucción virtual de cómo debió ser el
retablo mayor de la Penitencial de la Pasión. Tomando como referencia las
medidas de la cabecera del templo hemos realizado una propuesta de cómo debió
estar dispuesto el retablo, el primer camarín transparente, que aprovechaba el
espacio del último tramo y la posible ampliación del camarín absidial que
plantea García Vega. Hemos incluido dos obras en el retablo. El primero el
relieve de la Degollación de San Juan Bautista conservado en San Quirce. Esta
pieza datada en el siglo XVII bien puede tratarse del relieve que coronaba el
retablo. Recordemos que el retablo anterior estaba dedicado al martirio del
Santo Precursor del Señor. Como frontal de altar hemos incluido uno del siglo
XVIII conservado en el Santuario Nacional que muestra en su escena central la
Degollación de San Juan Bautista. Bien pudo recalar, al igual que la imagen de
Nuestra Señora de la Pasión, en el citado templo tras el cierre de la
Penitencial.
Ilustración 14. Relieve Degollación San Juan
Bautista. s. XVII. Iglesia de San Quirce, Valladolid.
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Ilustración 15. Frontal de altar del siglo
XVIII con la Degollación de San Juan Bautista. Fuente: http://lapiedad1578.blogspot.com.es/
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A.R.
Bibliografía
BURRIEZA SÁNCHEZ, Javier: Cinco siglos de Cofradías y Procesiones.
Historia de la Semana Santa en Valladolid. Valladolid, 2004.
GARCÍA VEGA, Blanca: “Nuestra Señora de la Pasión de Valladolid”, Homenaje al profesor Martín González. Valladolid, 1995. pp. 615-623.
GARCÍA VEGA, Blanca: “Nuestra Señora de la Pasión de Valladolid”, Homenaje al profesor Martín González. Valladolid, 1995. pp. 615-623.
MARTÍN GONZÁLEZ, Juan José: El retablo barroco en España. Madrid,
1993.
MARTÍN GONZÁLEZ, Juan José; URREA
FERNÁNDEZ, Jesús: Catálogo Monumental de
la Provincia de Valladolid. Tomo XIV. Monumentos religiosos de la ciudad de
Valladolid (Catedral, Parroquias, Cofradías y Santuarios). Valladolid,
2001.
REBOLLO MATÍAS, Alejandro: “La
iglesia de la Pasión y su patrimonio (3ª parte)”, Pasión Cofrade (2ª época), 8 (2012), pp. 36-46
[1] El contrato se encuentra publicado en GARCÍA
CHICO, Esteban: Documentos para el
estudio del Arte en Castilla. Escultores. Valladolid, 1941. pp. 300-301.
[2] Juan José Martín González ha sido uno de los
mayores especialistas sobre escultura barroca castellana. Esta valoración es recogida
en MARTÍN GONZÁLEZ, Juan José: El retablo
barroco en España. Madrid, 1993. p. 92
[3] Ver nota
1.
[4] MARTÍN
GONZÁLEZ, Juan José: El retablo barroco
en España. Madrid, 1993. p. 39. El retablo fue primorosamente descrito en
RUIZ DE ALTABLE: Historia de la milagrosa
imagen de Nuestra Señora del Buen Suceso. Madrid, 1641.
[5] REBOLLO
MATÍAS, Alejandro: “La iglesia de la Pasión y su patrimonio (3ª parte)”, Pasión Cofrade (2ª época), 8 (2012), p. 37.
[6] En la ermita del Carmen, (Domingo 27 de junio
de 1928). El Norte de Castilla.
[7] GARCÍA VEGA, Blanca: “Nuestra Señora de la Pasión de Valladolid”, Homenaje al profesor Martín González. Valladolid,
1995. pp. 615-623.
[8] Ver nota
1.
[9] ÁLVAREZ
TERÁN, Concepción, “La Iglesia Penitencial de la Pasión” Boletín del Seminario de Arte y Arqueología de Valladolid,
1932-1933, Tomo I, fasc. II, pp. 111-127.
[10] GARCÍA VEGA, Blanca: Op. Cit. p. 619, nota
16.
[11] MARTÍN
GONZÁLEZ, Juan José; URREA FERNÁNDEZ, Jesús: Catálogo Monumental de la Provincia de Valladolid. Tomo XIV. Monumentos
religiosos de la ciudad de Valladolid (Catedral, Parroquias, Cofradías y Santuarios).
Valladolid, 2001. p. 101. MARTÍN GONZÁLEZ, Juan José: El retablo barroco … p. 100.
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