La
Orden de Siervos de María (OSM), popularmente conocidos como Orden
Servita, es la propagadora de la devoción de los Dolores de la
Virgen María por toda Europa, devoción que llega a sus máxima cota
de difusión en los siglos del Barroco. La fundación de conventos
servitas en España fue bastante reducida. Su presencia se limitaba a
las regiones levantinas, siendo Cataluña una de las que mayor número
de fundaciones acogieron. La gran labor misional de esta orden fue la
fundación de Órdenes terceras, conocidas generalmente como
Congregaciones de los Dolores, en las principales ciudades y
localidades del antiguo principado, cuya incidencia en la vida
religiosa de los seglares tuvo bastante repercusión.
Detalle de la portada de la capilla de los Dolores de Mataró. |
La
Orden de Siervos de María tiene su origen en la próspera ciudad de
Florencia. En las primeras décadas del siglo XIII siete jóvenes de
acomodadas familias, siguiendo la estela de las hermandades
penitenciales que aparecen por esos años en Italia, deciden
abandonar el mundo y vivir en comunidad, creando lo que se llamó
Sociedad de Nuestra Señora, autodenominándose ellos mismos Siervos
de María. Es en 1233 cuando deciden establecerse en una pequeña
casa cercana al Convento franciscano de la Santa Cruz. El impulso
definitivo para la consolidación como Orden fue el milagro
acontecido el Viernes Santo de 1239. La Virgen se les apareció y les
recomendó que vistieran hábito negro, en memoria de la Pasión de
Cristo. También les presentó la Regla de San Agustín que debían
seguir. La primitiva hermandad creada por los siete fundadores fue
aumentando. En 1241 se trasladan a una ermita en el Monte Senario a
unas dos leguas de Florencia. En 1254 ingresa Felipe Benizi
(canonizado en 1671) considerado por su labor como padre de la Orden.
Fue Prior General entre 1267 y 1285 (+) y la revistió de gran
prestigio. En 1256 el papa Alejandro IV en la Bula Deo Grata
toma bajo su protección al prior y a los frailes de la Orden, y
autoriza su expansión. A pesar de todas las prebendas y
reconocimientos de que gozaba la orden, en el Concilio de Lyon (1274)
se decretó a extinción de todas aquellas órdenes no reconocidas
oficialmente por el papado, siendo la servita una de las afectadas.
San Felipe Benizi luchó en Roma por el reconocimiento de la orden, y
obtuvo la aceptación del papa Juan XXI. Finalmente, es aprobada por
Benedicto IX en 1304. Este momento de dicha sólo pudo ser vivido por
uno de los siete fundadores, San Alejo.
Aparición de la Virgen a los Siete Santos Fundadores. Foto: http://reflexionescatolicas.com/modules.php?name=Content&pa=showpage&pid=217 |
La
Orden Servita llega a España y se establece en las regiones
levantinas, especialmente en Cataluña, dada su mayor proximidad a
Italia. Podemos distinguir dos fases de expansión: la primera tiene
lugar en la Edad Media. En el siglo XIII se documenta su presencia en
Barcelona y unos años después en Valencia (antes de 1340). Durante
la Baja Edad Media la Orden se extendió por la Península de forma
estable, pues en el siglo XV ya existe la provincia española de la
Orden. La segunda fase tiene lugar entre el último tercio del siglo
XVI (al amparo del Concilio de Trento) y el siglo XVIII. En 1576, los
servitas se instalan en el convento de Sant Bertrán de Montjuïc de
Barcelona. Pocos años duró su presencia en este edificio, pues lo
abandonaron para instalarse en el cercano convento de Santa Madrona
(1582). Sin embargo, la fundación de la ciudad condal, no adquiere
sede definitiva hasta el siglo XVII con la construcción del convento
del Bonsuccés, consagrado en
1635. Junto a este convento, el más importante en Cataluña,
aparecen nuevas fundaciones en Vila-Rodona (Tarragona) en 1599, Marça
(Tarragona) en 1611, Sant Boi (Barcelona) en 1599, Empúries (Gerona)
en 1606 y Banyoles (Gerona) en 1638. Fuera de Cataluña, aunque muy
próximos geográficamente, estaban los conventos de Cuevas de Cañart
(en el Maestrazgo turolense) y Montán (en Castellón). Del primero
todavía se conservan milagrosamente los restos de su monumental
iglesia dieciochesca; del segundo, pervive el edificio del convento,
cuya fundación tuvo lugar en 1612. En la Desamortización de
Mendizábal se exclaustraron los ocho conventos que la Orden tenía
en España1,
número que demuestra la escasa importancia y poca difusión que tuvo
la orden en el territorio peninsular. Actualmente existen cuatro
conventos servitas en España: Denia, Mistala, Plasencia y Madrid. A
pesar de las dificultades vividas por la Orden, que apenas logró
acomodo en la Península, fue muy meritoria la labor de difusión del
culto y devoción a los Dolores de la Virgen a través de la
fundación de congregaciones terciarias, mucho más numerosas y con
mejor fortuna que los conventos de la Orden.
Interior de la iglesia del Bonsuccés de Barcelona hacia 1900. Arxiu Gavín del Monestir de les Avellanes http://www.monestirs.cat/monst/bcn/cbn02bons.htm |
Restos del convento de Vila-Rodona. Foto: http://www.monestirs.cat/monst/alcamp/cac23dolo.htm |
Restos de la iglesia del desaparecido convento de servitas de Cuevas de Cañart. Foto: http://montesparatodos.blogspot.com.es/2012/05/via-ferrata-cuevas-de-canart.html |
Como
ya hemos mencionado, el origen de la Orden Servita se encuentra
íntimamente ligado a la vida religiosa seglar. La orden no cuenta
con un santo fundador, sino con siete, que vivían en hermandad. La
orden adquiere una estructuración similar a la del resto de órdenes
mendicantes: rama masculina, femenina y orden tercera. La Orden
Tercera Servita fue aprobada oficialmente por Bula de Martín V Sedis
Providentia en 1424. Pero no es
hasta el siglo XVII cuando aparecen órdenes terceras servitas en las
ciudades y grandes localidades de Cataluña, erigidas como
“Congregaciones de los Dolores”. El arco cronológico de estas
fundaciones finaliza a mediados del siglo XIX, siendo el siglo XVIII
la centuria en la que tuvieron lugar mayor número de fundaciones.
Aunque estas congregaciones tomaron parte en la celebración de
procesiones de Semana Santa, y la gran mayoría hayan pervivido como
tales, no podemos equipararlas con las cofradías penitenciales al
uso, pues el compromiso de vida religiosa de una orden tercera es
mucho más exigente, serio y riguroso que el de una cofradía. Las
condiciones de ingreso eran mucho más específicas y los requisitos
exigidos limitaban el acceso de ciertos sectores de la población que
carecían de un mínimo de cultura2:
el maestro de novicios debía vigilar que los aspirantes tuvieran el
Congregante (manual que regía la vida interna de la
congregación), lo cual implicaba que debían saber leer3.
Esta selección social devino en una pujanza notable en la económica
y patrimonio de las Congregaciones, superior en muchas ocasiones al
del resto de cofradías de la ciudad, lo cual les permitía, entre
otras cosas, construir sus propias capillas donde poder celebrar los
ejercicios espirituales.
Grabado de el Congregante de Reymundínez de la edición de 1755. |
En
1663 Fr. Epifani Sedó (OSM) funda la Congregación de los Dolores,
considerada tradicionalmente
como la más antigua de Cataluña4,
en el convento del Bonsuccés de
Barcelona. Esta primera congregación sirvió de modelo para el resto
de fundaciones seglares servitas del antiguo principado. Fr. Lorenzo
Reymundínez (OSM), Provincial de la Orden y corrector de la
Congregación de los Dolores de Barcelona, escribió un manual
titulado el Congregante, y siervo perfecto de la SS. Virgen
de los Dolores (conocido
popularmente como “el Congregante”),
publicado por primera vez en Barcelona en 1685. Esta obra fue
reeditada en nueve ocasiones entre los siglos XVII y XIX, siendo la
última edición la de 1861. Este manual era una herramienta
imprescindible para las nuevas fundaciones, pues en él se reunía
todo lo necesario para el correcto funcionamiento de una
congregación, sustituyendo en muchas ocasiones a los tradicionales
estatutos5.
El
Congregante consta de
cuatro libros: el primero trata sobre la historia y los requisitos
del aspirante para vestir el hábito de “Siervo de la Virgen”; el
segundo es el más extenso y variado, y trata sobre distintos temas:
describe la organización interna, la elección de oficiales, las
funciones del corrector, subrector, discretos, maestro de novicios,
secretario, receptor, sacristanes, ostiarios, enfermeros y
consultores, y el funcionamiento de la Junta Secreta (Junta de
Oficiales). Detalla cómo han de celebrarse los ejercicios de los
viernes, el proceso de admisión, la bendición del hábito, la
profesión, los oficios de difuntos, la comunión mensual, el
septenario y la fiesta de los Dolores; El tercer libro trata sobre
las costumbres y rutinas del congregante; el cuarto es un cajón de
sastre en que se tratan diversos temas como la caridad, la educación
de los hijos, las oraciones del Septenario de los Dolores,
meditaciones y un resumen de indulgencias concedidas a la Orden.
Aunque las procesiones de Semana Santa no formaban parte de los
ejercicios llevados a cabo por los servitas, la vinculación de su
advocación a la Pasión propiciaba la celebración de una procesión.
Las Congregaciones de los Dolores, junto a las Cofradías de la
Sangre de Cristo, fueron las principales organizadoras de las
procesiones de Semana Santa en todo el territorio catalán. Dentro de
las peculiaridades procesionales de la región, las congregaciones
ofrecían una nota de distinción que por lo menos fue compartida por
algunas de ellas (Barcelona, Badalona y Besalú). En su cortejo
incorporaban siete banderas negras alusivas a los Siete Dolores
precediendo el paso de la Virgen6.
Niños portando las banderas de los siete dolores y los improperios antes de salir la procesión. Besalú. Foto: http://www.quevolsfer.cat/la-processo-dels-dolors-besalu-mieres/ |
Encontramos fundaciones en las siguientes ciudades:
Barcelona:
Badalona (1723), Bagá, Berga, Caldas de Montbui, Cardona,
Casteltersol, Martorell, Mataró (1693), Moya (1815), Sabadell, San
Hipólito de Voltregá, San Saturnino de Noya, Sitges, Villafranca
del Panadés, Vich (1689)7.
Gerona:
Gerona (1687), la Bisbal del Ampurdá, Hostalric, (ambas ya existían
en 1695), Besalú (1699), Olot (1700), Camprodón (1702), Amer
(1710), Castelló d´Ampúries (se inicia la capilla en 1717), Blanes
(se inicia la capilla 1731), Arenys de Mar (1788), Palafrugell,
Peralada, San Félix de Guixols (en 1790 ya existía), Sagaró (1860,
la fundación más tardía)8.
Lérida: Alpicat, Balaguer,
Bellpuig (1704), Cervera, Sanahuja, Seo de Urgel (1725), Solsona.
Tarragona: Arbós, Constantí,
Reus, Sarral, Torá, Tortosa, Valls (1700ca), Vendrell9.
Virgen de los Dolores en la procesión del Silencio de Mataró. Foto: http://www.totmataro.cat/cultura/cultura-mataro/item/23475-la-verge-dels-dolors-surt-en-processo-despres-de-40-anys |
Interior de la Iglesia de los Dolores de Vich. Foto: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:256_Esgl%C3%A9sia_de_la_Mare_de_D%C3%A9u_dels_Dolors_(Vic),_retaule_major.jpg |
Interior iglesia de los Dolores, Gerona. Foto: https://kgbgirl.wordpress.com/tag/esglesia-dels-dolors-girona/ |
Oratorio de los Dolores. Lérida. Foto: http://cataloniasacra.cat/llocs/oratori-dels-dolors/642/itinerari/21/l_ca |
Procesión de los Dolores, Besalú. Foto: http://www.gerio.cat/noticia/2013/03/23/centenars-de-persones-es-reuneixen-a-la-processo-dels-dolors-de-besalu |
En el resto de España la
fundación de órdenes terceras servitas fue bastante desigual,
siendo muy abundantes en levante, Murcia y Andalucía; en el interior
y la zona norte, aunque existieron, no son comparables en número con
las anteriores.
En
la región de Murcia existieron, al menos, congregaciones servitas en
Murcia y en Cartagena. La primera fue fundada en 1665, decayendo su
actividad en las primeras décadas del siglo XVIII hasta perderse su
rastro. Casimiro Sánchez de León, cura párroco de San Bartolomé,
encargó en 1738 a Francisco Salzillo la hechura de la portentosa
imagen de las Angustias y en 1755 refundó la desaparecida
congregación10.
De la orden de Cartagena hemos podido encontrar más datos11.
Francisco Salzillo, Virgen de las Angustias, 1740. Iglesia de San Bartolomé, Murcia. Foto: http://www.cofradiadeservitas.org/cofradia/patrimonio/virgen-de-las-angustias/ |
En
Andalucía las congregaciones servitas gozaron de gran difusión.
Granada, por su proximidad al levante, fue la primera fundación,
datada en 1668. En 1720 y 1727 se fundan las Órdenes Terceras
Servitas de Sevilla y Cádiz, respectivamente, que fueron las grandes
propagadoras de este movimiento seglar por el antiguo reino de
Sevilla. A continuación, citamos la relación de hermandades y
Órdenes terceras servitas en Andalucía12.
Almería: Almería (1768-1772)
Cádiz: Jerez de la Frontera
(1725), Cádiz (1727), Sanlúcar de Barrameda (1732), Arcos de la
Frontera (1749), San Fernando (1759), Chiclana de la Frontera (1759),
Bornos (existía en 1780), Puerto Real (s. XVIII), Algeciras (s.
XVIII), Tarifa (s. XVIII), Puerto de Santa María (s. XVIII), Rota
(1803), Gibraltar (1893).
Córdoba:
Montilla (1668), Cabra (1698-1699), Córdoba (1699), Lucena
(1724-1736), Fernán Núñez (s. XVIII), Hinojosa del Duque (s. XIX),
Puente Genil (1956).
Granada: Granada (1668), Loja
(1669), Guadix (1740), Cúllar-Baza (?), Freila (?), Zújar (?),
Huéscar (?).
Huelva: Paterna del Campo
(1763), Huelva (1771), Castaño del Robledo (1774), Gibraleón
(1777), Almonáster la Real (1779), Manzanilla (existía en 1780),
Trigueros (1780), Aroche (1786), Higuera de la Sierra (1788),
Valverde del Camino (1796), Moguer (s. XVIII), Ayamonte (s. XVIII),
Alájar (s. XVIII), Galaroza (1803), Cortegana (1852), Aracena
(1873), Rociana del Condado (1879), El Almendro (2ª mitad del siglo
XIX), Alosno (2ª mitad del siglo XIX), La Palma del Condado (2ª
mitad del siglo XVIII).
Jaen: Jaén (1732), Andújar
(1737), Arjona (1748), Villagordo (1750-1751), Alcalá la Real
(1780), Úbeda (existía en 1786), Mengíbar (?), Bailén (?),
Jabalquinto (?).
Málaga: Málaga (1740), Teva
(1776), Antequera (existía en 1784), Vélez (siglo XVIII).
Sevilla: Sevilla (1720),
Osuna-Dolores (1730), Puebla de Cazalla (1731), Morón de la Frontera
(1733), Utrera (existía en 1733), Carmona (1739), Las Cabezas de San
Juan (1754), Osuna-Angustias (1756), Estepa (1765), Paradas (1765),
Alcalá de Guadaira (1774), Constantina (1784), El Saucejo (1793),
Guillena (2ª mitad del
siglo XVIII), Los Palacios (2ª mitad del siglo XVIII), Écija (2ª
mitad del siglo XVIII), Montellano (2ª mitad del siglo XVIII),
Cantillana (2ª mitad del siglo XVIII), Pedrera (2ª mitad del siglo
XVIII), Fuentes de Andalucía (2ª mitad del siglo XVIII), El
Ronquillo (existía en 1818), Marchena (1820), Alanís (1829), Puebla
del Río (existía en 1848), Lebrija (1852), La Rinconada (1853), Dos
Hermanas (entre 1857 y 1892), Umbrete (1870), Coria del Río (1898),
Herrera (1958).
También hubo órdenes
servitas en el interior peninsular. Es conocida la existencia de una
en Valladolid, con sede en la parroquia de San Pedro13.
En Segovia también se documenta su presencia14.
En Coria (Cáceres) también existió una congregación servita,
erigida en 1898 en la antigua capilla de la Soledad15.
De la primitiva filiación con
la orden solo queda el nombre, pues casi todas estas corporaciones
han devenido en una hermandad de Semana Santa más, manteniendo su
carisma servita únicamente en la advocación de los Dolores y el
título de la corporación. No obstante perviven los cultos y algunos
ejercicios propios de estas órdenes terciarias, como el tradicional
septenario preparatorio del Viernes de Dolores.
Por otro lado existe el caso
de antiguas órdenes terceras servitas que han recuperado su unión
con la orden en aras de retomar una vivencia espiritual mucho más
cercana al carisma de los Siete Santos fundadores. Este es el caso de
los Servitas de Carmona (Sevilla), reconocida por el Prior General de
la Orden en el año 200016.
Dolorosa de los servitas de Carmona, ataviada con traje de viuda de la época de los Austrias. Foto: http://servitascarmona.blogspot.com.es/2014/02/cultos-y-actos-celebrados-en-febrero.html |
1.
SUREDA JUBANY, Marc: La Congregació dels Dlors en el Besalú del
s. XVIII, Besalú, 1999, p. 52
2El
acceso era supervisado por el Maestro de novicios, quien elevaba un
informe a la Junta Secreta (de Oficiales) que debía decidir el
acceso al noviciado de los postulantes. Cfr. REYMUNDÍNEZ, Fr.
Lorenzo: Congregante y siervo perfecto de la SS. Virgen de los
Dolores. Dividido en quatro libros. Barcelona,
Imprenta Teresa Piferrer Viuda, 1755, p. 48.
3Ibídem,
p. 49.
4SUREDA
JUBANY, Marc: La Congregació dels Dolors en el Besalú del s.
XVIII, Besalú, 1999, p. 54
5Ibídem,
p. 71.
6Ibídem,
p. 189.
7Ibídem,
p. 57.
8Ibídem.
p. 58.
9La
mayoría de los datos obtenidos sobre las Congregaciones de los
Dolores de las provincias de Barcelona, Lérida y Tarragona aparecen
recogidas en http://www.servitesdecatalunya.cat
(última visita 20/03/2017)
10
http://www.cofradiadeservitas.org/cofradia/historia/fundacion-hasta-siglo-xix/
(última consulta 16-03-2017)
11En
el Llibre de Resolucions 1749-1775
de la Congegació dels Dolors de Mataró aparece la de Cartagena en
una lista de congregaciones a las que se encontraba hermanada. SOLER
i FORONDA, Rafael: “La venerable congregació dels Dolors de la
parròquia de Santa Maria de Mataró”, Fulls del Museo
Arxiu de Santa Maria, 38
(1990), pp. 12-21.
12
Es lista aparece el estudio “Seglares Servitas en Cádiz” de
Juan Carlos Martínez Amores publicado en 2002, con motivo del 275
aniversario de su fundación.
http://www.carmona.org/servitas/historia333.html
(última consulta 16-03-2017).
13http://gloriasdevalladolid.blogspot.com.es/2016/01/hermandad-de-nuestra-senora-de-los.html
(última consulta 16-03-2017).
14CUESTA
GÓMEZ, Daniel: “La orden de los servitas y sus terciarios en la
ciudad de Segovia”, Estudios segovianos, 112
(2013), pp. 209-228.
15http://www.soledadcoronada.es/principal.htm
(última consulta 22-03-2017)
16http://www.carmona.org/servitas/todo.html
(última consulta 22-03-2017).
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