5/11/21

SEMANA SANTA EN TOLEDO I: Las primeras cofradías penitenciales.

“….Figuradas sus escenas por los grupos de esculturas llamadas pasos, que son llevados en las mismas procesiones, no cediendo en nada las obras de esta clase, que existen en Toledo, a las ponderadas Sevilla, Valencia y Madrid”[1]

 

Con estas palabras del Semanario Pintoresco Español se compara y equiparan los pasos de las cofradías de Semana Santa del siglo XIX con las de otras capitales de acreditada fama.  Esta es una de las muchas reseñas que aparecen en prensa y escritos de viajeros durante el siglo XIX describiendo las antiguas procesiones de Semana Santa, que, ya en ese momento, se encontraban en una situación de evidente decadencia y postración, pero que conservaba cierta autenticidad y esplendor. Posiblemente el artículo “La Semana Santa en Toledo” de Gustavo Adolfo Bécquer[2] sea el que mejor resuma este cierto esplendor de las procesiones de Semana Santa en Toledo, especialmente la del Viernes Santo. Concluye el citado artículo con una aseveración llamativa del literato sevillano, pues llega a aseverar que “bajo este punto de vista la Semana Santa de Toledo, no admite parangón con ninguna otra”[3].

Procesión del Viernes Santo, elogiada por Bécquer por su severidad y solemnidad. 


Resulta chocante que, siendo Toledo una de las ciudades donde mayor peso ha tenido la Iglesia, sus celebraciones procesionales de Semana Santa no han tenido el renombre de otras ciudades con sede Episcopal. En buena medida esto es debido al peso litúrgico que tenía la Catedral Primada, cuyas celebraciones, desarrolladas con una solemnidad y pompa sin parangón, eclipsaban otro tipo de celebración. A nivel parroquial este esplendor se traduce en los Oficios celebrados en las parroquias y las procesiones de traslado al Monumento protagonizadas por las Cofradías Sacramentales de cada parroquia. Sin embargo, las cofradías de Penitencia tuvieron una época de bastante pujanza, organizando procesiones de gran interés, con un abundante número de pasos que discurrían por las estrecheces del callejero toledano.

Los "hitos" de la Semana Santa toledana del siglo XIX: la Procesión del Jueves Santo, la del Viernes Santo, el Miserere del Oficio de Tinieblas, el Monumento y el cordero pascual de la Vigilia Pascual.


En una serie de artículos, analizaremos brevemente la historia, las procesiones y pasos de las principales cofradías de Semana Santa “históricas”, las cuales actualmente se encuentran en su mayoría extintas.

En esta primera entrada, analizamos la historia de las primeras cofradías penitenciales, que tienen momento de apogeo en el siglo XVI, especialmente en aquellas que tuvieron una vida bastante corta que no supero el paso del siglo XVII al XVIII, otras han llegado hasta el siglo XX. Estas últimas merecen diversos artículos monográficos para conocer con mayor detención su dilatada historia.

Una de las fuentes documentales básicas para conocer las primeras cofradías penitenciales es el memorial de toledano Luis Hurtado de Toledo[4], redactado en 1576. Este memorial fue ordenado por Felipe II en las conocidas comúnmente como relaciones topográficas de Felipe II. Estas Cofradías eran cinco:

1. Nuestra Señora de las Angustias

Tenía su sede en el hospital de San Lázaro, extramuros, en la collación de San Isidoro. El hospital estaba dedicado a curar a los tiñosos “y es cosa maravillosa que con no tener alguna renta más de la limosna que allegan los dichos cofrades, se curan en esta casa casi cien niños y aun hombres crecidos tan llenos de sarna y tiña que es horror grandísimo solo vellos, y salen después sanos de aquí en breve término alabando a Dios.”[5] Esta cofradía realizaba dos procesiones: “demás de sacar una notable disciplina de dos mil cofrades el Jueves Santo, y una procesión de los mismos cofrades el domingo de Lázaro con todos los pobres y picaños que pueden ser avidos (sic) confesados, y curan como dicho es en el dicho hospital más de cien pobres grafos, sarnosos y tiñosos, y dan de comer a las cárceles en ciertos días del año. Tienen en su ermita de San Lázaro grandes jubileos, indulgencias y privilegios de los reyes para andar por todo el arzobispado a pedir limosna para el dicho hospital”.[6]

Actual Hotel María Cristina, que originalmente fue Hospital de San Lázaro. Foto: https://www.tripadvisor.es/


Hacía Estación de Penitencia la tarde del Jueves Santo. Se sabe cómo era el orden de la cofradía durante el siglo XVI: “Seis hermanos iban delante del pendón, que era portado por tres cofrades, que se turnaban durante el recorrido. Seguía la insignia, acompañada de seis hermanos, a continuación, un crucificado custodiado por otros seis cofrades y otros ocho portaban la imagen, bajo la advocación de la Quinta Angustia, todos vestidos con túnicas negras. Cerraba el desfile, cuatro hermanos, con hábito negro y bastones, para impedir que durante el itinerario se añadiese algún penitente que no fuese de la misma”[7]. Como era habitual, hacía estación de Penitencia en la Catedral Primada, mientras se celebraba el Oficio de Tinieblas[8].

Virgen de las Angustias en la iglesia de Santa Justa y Rufina preparada para la procesión del Viernes Santo. Foto: Colección Casa Rodríguez / Archivo de la Imagen de Castilla-la Mancha


La vinculación con la Cofradía de la Vera Cruz debió ser bastante estrecha, pues en el inventario de 1713 de esta cofradía se dice que la Virgen de las Angustias ocupaba el altar derecho de la capilla presidida por el Cristo de las Aguas[9], imagen titular de la Vera Cruz, por lo cual se deduce que por aquel entonces la Cofradía debió desaparecer. En 1809 la imagen de las Angustias, y el resto de las imágenes de la capilla de la Vera Cruz (Cristo de las Aguas, Nazareno y Lignum Crucis), fueron trasladadas a la vecina parroquia de la Magdalena[10], donde se instaló definitivamente la Vera Cruz tras quedar arrasado el Convento del Carmen por el incendio de 1812.

En una relación de los pasos de la Cofradía de la Vera Cruz de principios del siglo XVIII no aparece la Virgen de las Angustias[11], tampoco aparece en la relación de pasos de Ramón Parro de 1857[12]. A finales del siglo XIX la imagen de las Angustias empieza a participar en la procesión del Viernes Santo de la Cofradía de la Soledad, haciéndose incluso ésta de la misma imagen una vez se instaló en la parroquia de Santa Justa y Rufina[13]. En 1989 se creó la actual Hermandad de las Angustias encargada de su culto y procesión la noche del Viernes Santo.

Procesión Viernes Santo 1915, Virgen de las Angustias. Foto: https://toledoolvidado.blogspot.com/2015/03/la-semana-santa-en-toledo.html


 2. La Santa Vera Cruz

Aunque se desconoce la fecha de su fundación, debió ser la más antigua de todas las cofradías de penitencia y con una historia bastante intensa que trataremos de forma más detallada en una entrada monográfica. Por ahora, citamos en este apartado la información facilitada por Hurtado de Toledo: “La Santa Vera Cruz que tiene en el monasterio del Carmen su sala e insignias para sus procesiones, fiestas y disciplina, aunque en San Vicente tiene su cruz y cirial andas y cetros para los enterramientos de cofrades o encomendados que son muchos, y por estar en medio de la ciudad se acomoda a estar en San Vicente. Esta cofradía de la Vera Cruz es muy antigua, porque dicen a ciento treinta y ocho años su comienço, y dicen fue començada por un sastre, tiene ahora más de dos mil doscientos cofrades, de la cual sale el Jueves Santo y todas las veces que conviene a la salud de los reyes o príncipes, o victorias o bienes comunes una notable disciplina y muy devota, y bien ordenada, y demás desto (sic) dan las pascuas del año de comer a las cárceles y el domingo de C(u)asimodo a cuarenta viudas ración y limosna, toman el Lignum Crucis para su procesión de la de las cuatro iglesias donde hay esta reliquia”.[14]

Cristo de las Aguas, imagen titular de la Cofradía de la Santa Vera Cruz en sus andas. Foto: Colección Casa Rodríguez / Archivo de la Imagen de Castilla-la Mancha

Cristo de las Aguas, titular de la Cofradía de la Santa Vera Cruz. Foto: Colección Casa Rodríguez / Archivo de la Imagen de Castilla-la Mancha


Como se puede ver, a tenor de la cantidad de información que facilita, es cofradía de penitencia de mayor importancia por aquel entonces en Toledo.

 3.Nuestra Señora de la Soledad

 Tenía su sede en el Convento mercedario de Santa Catalina, en la collación de Santa Leocadia. Anota Hurtado de Toledo que “saca disciplina el Viernes Santo como la de la Vera Cruz y Angustias, y es cosa maravillosa que en ocho años ha subido a tener al pie de mil quinientos cofrades”[15]. Según estas palabras, se deduce que es de reciente fundación. De todas las cofradías “históricas” es la única que todavía existe en nuestros días. Le dedicaremos una entrada monográfica dedicada a esta cofradía.

Nuestra Señora de la Soledad. Foto: Colección Casa Rodríguez / Archivo de la Imagen de Castilla-la Mancha

Nuestra Señora de la Soledad. Foto: Colección Casa Rodríguez / Archivo de la Imagen de Castilla-la Mancha

Nuestra Señora de la Soledad en sus andas. Foto: Colección Casa Rodríguez / Archivo de la Imagen de Castilla-la Mancha


 4.Santa Elena

Era una de las tres cofradías de la parroquia de Santa Eulalia (junto a la del Santísimo y la de Ánimas). La descripción de Hurtado de Toledo es bastante prolija en comparación con otras:

“En Santa Olalla hay tres cofradías, una del Santísimo Sacramento y otra de Ánimas y otra de los cofrades de Santa Elena, que van el Viernes Santo al amanecer en procesión a la Santa Iglesia con túnicas y cruces a los hombros de madera, cada una del tamaño que la puede llevar el penitente, y cierto que es cofradía de mucha devoción y contemplación para todos estados de gentes, porque a alguno le parece que el penitente que va delante del lleva menor cruz que la suya, y sus fuerzas de aquel no son aún capaces de la que lleva, y por el contrario en nuestra consideración a su tolerancia que hay cruces de hierro y cruces de caña, y cada una tiene por Dios su peso limitado.”[16]

Iglesia Mozárabe de Santa Eulalia. Foto: http://ampamaristastoledo.es/

Iglesia Mozárabe de Santa Eulalia. Foto: https://cultura.castillalamancha.es/


Esta información es de bastante importancia, pues menciona la presencia de una cofradía de Nazarenos en la Sede Primada. Recordemos que las cofradías de “nazarenos” nacen como una alternativa a los “hermanos de sangre” de las cofradías penitenciales que hunden sus raíces en las compañías de disciplinantes que recorrían las calles azotándose las espaldas. Los “nazarenos” solían portar hábito morado o negro, con una soga al cuello y portaban a imitación de Cristo una cruz. La celebración de estas procesiones suele tener lugar la mañana del Viernes Santo, momento en que salió Cristo cargando con su cruz camino del Calvario. Este dato es muy interesante y revelador, pues no consta la fundación de cofradías de “nazarenos” en el territorio diocesano toledano[17].

Otro elemento para destacar en esta cofradía es la advocación de Santa Elena, madre del Emperador Constantino, quien en el año 326 descubrió la cruz en la que según la tradición fue crucificado Cristo. Curiosamente, bajo la advocación de Santa Elena, existió también una cofradía de “nazarenos” en Madrid en el Convento de Carmelitas Calzados, fundada en 1573[18].  Otro caso similar encontramos en Ocaña (Toledo), donde se fundó en 1607 la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno[19], que también estaba bajo la advocación de la Reina Santa Elena. De hecho, en el siglo XVIII se fundan diferentes cofradías dentro de la del Nazareno, siendo una de ellas la Hermandad de Pajes de Santa Elena (1719)[20].

Ha de señalarse que este no es el único caso, y nos encontramos con cofradías de “nazarenos” bajo la advocación de Santa Elena fundadas bajo el amparo de los carmelitas en Jaén (fundada entre 1588 y 1594)[21], Granada (fundada en 1582, sus reglas fundacionales se atribuyen a San Juan de la Cruz), Baeza[22] y otras localidades andaluzas.

Volviendo a la Hermandad de Santa Elena de la parroquia de Santa Eulalia, pocas noticias posteriores tenemos sobre esta cofradía de “nazarenos”. Lo que es seguro es que en el siglo XVIII ya no debía existir, pues no aparece en la relación de procesiones.

Cabe la posibilidad que esta cofradía fuera refundada con otros fines, pues en la citada parroquia existió la Cofradía Sacerdotal de Jesús Nazareno, cuya imagen titular era precisamente un Cristo con la Cruz a cuestas. La citada Hermandad Sacerdotal fue fundada en 1668[23] y se ha mantenido vigente hasta el siglo XX[24] y su imagen titular, tras pasar por San Marcos, se estableció en Santo Tomé, donde actualmente puede contemplarse en una repisa de la nave de la Epístola. Esta imagen actualmente participa en la procesión de la Cofradía del Amparo la tarde del Jueves Santo.

Cristo con la Cruz a Cuestas de la Hermandad Sacerdotal de Jesús Nazareno. Foto: Colección Casa Rodríguez / Archivo de la Imagen de Castilla-la Mancha


Cristo con la Cruz a Cuestas de la Hermandad Sacerdotal de Jesús Nazareno. Foto: Colección Casa Rodríguez / Archivo de la Imagen de Castilla-la Mancha

 5.Santísimo Nombre de Jesús

Radicada en el convento de la Santísima Trinidad calzada. Poca información aporta sobre esta cofradía Hurtado de Toledo: “que tiene más de seiscientos cofrades de disciplina”[25].

Llama la atención la advocación de la cofradía y su radicación en un monasterio trinitario, y no dominico. La orden de predicadores tenía una prerrogativa especial reconocida por el Papa San Pío V en 1571 en la Bula Decet Romanum Pontificem sobre la fundación y vinculación de cofradías bajo esta advocación[26].

 

Siglos XVII y XVIII

En los siglos XVII y XVIII se gestan las cofradías penitenciales barrocas, en las que, como principal novedad, aparecen los pasos procesionales que muestran escenas de la Pasión. La Catedral Primada se fija como meta estacional de las cofradías de penitencia. Éstas entraban por la puerta del Perdón, transcurrían por la nave del Sagrario, pasaban entre los dos coros. El Jueves Santo hacían Estación ante el monumento, el Miércoles Santo y Viernes Santo ante un altar colocado delante de la Capilla Mozárabe. Desde aquí salían por la puerta de los Escribanos (recordemos que la puerta Llana no se construye hasta el siglo XVIII).

A principios del siglo XVII se mencionan las diferentes cofradías que hacían Estación de Penitencia a la Iglesia Primada. El Miércoles Santo hacía Estación de Penitencia la Cofradía de Santa Elena desde Santa Eulalia. El Jueves la Vera Cruz desde el Convento del Carmen Calzado y las angustias desde San Pedro Mártir (antes lo hacían desde el Hospital de San Lázaro, extramuros). El Viernes Santo la Soledad desde el Monasterio mercedario de Santa Catalina, El Nombre de Jesús desde el Monasterio de la Santísima Trinidad. Como novedad, este día aparece una nueva cofradía que tendrá bastante proyección e importancia durante el siglo XVIII, la Cofradía de la Humildad, que salía del Monasterio Franciscano de San Juan de los Reyes.

En este siglo se incorporan los pasos procesionales en los cortejos procesionales, de los cuales hablaremos detenidamente en entradas monográficas.

En el siglo XVIII se asiste a una cierta simplificación de los cortejos procesionales. Las Estaciones de penitencia se resumen a tres: La de la Humildad la tarde del Miércoles Santo, la Vera Cruz la tarde del Jueves Santo y la Soledad el Viernes Santo. Las otras tres cofradías parece que desaparecieron[27].

En el siglo XIX solo dos cofradías celebraban su procesión penitencial, la Vera Cruz el Jueves y la Soledad el Viernes. La Humildad desapareció en las primeras décadas del siglo XIX debido a la destrucción que sufrió todo su patrimonio durante la Guerra de Independencia. Finalmente, otra guerra, esta vez la civil (1936-1939), hizo desaparecer la cofradía de la Vera Cruz, siendo la Soledad la única que ha sobrevivido desde su fundación y que, a día de hoy, sigue saliendo a las Calles de Toledo desde el siglo XVI.



[1] - LÓPEZ-GUADALUPE, J.J.: Toledo en el Semanario Pintoresco Español, Toledo, 2008, pp. 101-109.

[2] - BÉCQUER, Gustavo Adolfo: “La Semana Santa En Toledo”, El Museo Universal, año XIII, nº 13, 28 de marzo de 1969.

[3] - Ídem.

[4] - El manuscrito original, conservado en la Biblioteca Real del Escorial se encuentra transcrito en: VIÑAS, C. y PAZ, R.: Relaciones Histórico-Geogrático-Estadísticas de los Pueblos de España, hechas por iniciativa de Felipe II. Reino de Toledo, Tercera parte, t. II, Madrid, pp. 481-576.

[5] - VIÑAS, C. y PAZ, R.: Relaciones Histórico-Geogrático-…Op. Cit, p. 555.

[6] - Ibídem, p. 561

[7]  - Cfr.: http://www.angustiastoledo.org/Historia.html (última consulta 28-04-2021).

[8]  - El Oficio de Tinieblas empezaba a las cinco de la tarde y concluía aproximadamente a las nueve de la noche.

[9] - RAMÍREZ DE ARELLANO, R.: Estudios sobre orfebrería toledana, Toledo, 1915, p. 402.

[10] - Ibídem, p. 410.

[11] - VIZUETE MENDOZA, J.C.: “Cofradías toledanas y Semana Santa. La cofradía de la Vera Cruz y del Cristo de las Aguas (1536-1936)”, en Religiosidad popular: Cofradías de penitencia, San Lorenzo del Escorial, 2017, p. 717.

[12] - RAMÓN PARRO, Sixto: Toledo en la mano, ó descripción histórico-artística de la Magnífica Catedral y de los demás monumentos célebres, Tomo II, Toledo, 1857 (Ed. Facsímil Valladolid 2012), p. 176, nota 1.

[13] - Cfr.: http://www.angustiastoledo.org/Historia.html (última consulta 01-05-2021).

[14] - VIÑAS, C. y PAZ, R.: Relaciones Histórico-Geogrático-…Op. Cit., p. 562

[15] - Ibídem, p. 564

[16] - Ibídem, p. 565.

[17] - Los territorios donde abundaron la fundación de cofradías de “nazarenos”, bajo la advocación de Jesús Nazareno se concentran principalmente en Andalucía y en la zona leonesa y Valladolid. En la actual Castilla-la Mancha solo las hubo en el antiguo obispado de Cuenca y la zona de Ciudad Real y Albacete, lindando con territorios de Andalucía y Murcia.

[18] - GUEVARA PÉREZ, Enrique; RIVERA VÁZQUEZ, Mariano: Historia de la Semana Santa de Madrid, Madrid, 2004, pp. 43-44.

[21] - Cuya denominación pasó a ser unos años después de Nuestro Padre Jesús Nazareno, popularmente conocida como “el Abuelo” cfr. http://www.cofradiaelabuelo.com/cofradia/nuestra-historia/la-historia (última consulta 25-404-2021).

[22] - Cfr. SAN JUAN DE LA CRUZ: Obras completas, Madrid, 1993 (5ª edición). Siendo Vicario Provincial se aprobó la Cofradía de Nazarenos de Baeza, sita en el Colegio de San Basilio. Como señalan los editores, las normas de estas reglas muestran fielmente el espíritu del Santo.

[23] - GARCÍA ZAPATA, Ignacio José: “Imaginería de la Semana Santa de Toledo”, en Arte y Semana Santa. Actas del congreso Nacional celebrado en Mondóvar (Alicante) del 14 al 16 de noviembre de 2014, Mondóvar, 2016, p. 269.

[24] - Desde el siglo XVII son varias las reglas editadas por la Cofradía. Vid. SÁNCHEZ-BEATO ESPIAU, Mª de los Á.; SANTOS MARTÍN M. M.: “Guía bibliográfica sobre Ordenanzas y Reglamentos de Cofradías de la Ciudad de Toledo”, en Archivo Secreto, nº2 (2004), Toledo, pp. 288-314.

[25] - VIÑAS, C. y PAZ, R.: Relaciones Histórico-Geogrático-…Op. Cit, p. 563.

[26] - ROMERO MENASQUE, Carlos Jesús: “Las Cofradías del Dulce Nombre de Jesús de la Archidiócesis de Sevilla durante la época moderna: Análisis de su instituto en las reglas y constituciones”, en Los Dominicos y la advocación del Dulce Nombre de Jesús en Andalucía (Coord. Jesús ARANDA DONCEL), Archidona, 2017, pp. 137-159.

[27] - En referencia a toda esta información Cfr: https://www.humildadtoledo.com/historia (última consulta 10-05-2021).


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