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Las campanas y sus toques en España (1ª parte)

Campanero tocando las campanas, 1976, Arxiu Comarcal Pallars Sobirá. Fuente: http://arxiusenlinia.cultura.gencat.cat


Uno de los aspectos más llamativos de la tradición cultual cristiana, concretamente la Católica, es que, en su afán por universalizar a través de normas y rúbricas el ritual, no haya incluido en ellas el toque de campanas. Esto ha permitido la existencia de diferentes tradiciones de toque. Aunque, como veremos más abajo, las campanas son empleadas para múltiples usos, en este artículo nos centraremos en los toques tradicionales, caracterizados por el tañido manual en vistas a crear un mensaje.

Lamentablemente, debido a múltiples causas, los toques manuales han ido progresivamente desapareciendo, siendo sustituidos por toques mecanizados. Podemos hablar de características nacionales, sin embargo no existe una sola tradición, sino tantas como catedrales, pues fueron sus campanarios los modelos a seguir por las parroquias de su jurisdicción.

1.- Morfología de las campanas

Las campanas son instrumentos musicales fruto de una compleja técnica metalúrgica que ha evolucionado y se ha perfeccionado con el paso de los siglos. El bronce es, desde la antigüedad, la aleación más frecuente empleada para su fundición, en una proporción aproximada de 20% de estaño y 80% de cobre1



En España se distinguen dos tipos de campanas según su perfil. Las de perfil esquilonado y las romanas. Las primeras siguen el perfil estilizado habitual en Europa, de hombros estrechos, mientras que las segundas presentan una forma más cerrada, con hombros muy anchos. Aquellas producen un sonido mucho más sonoro, mientras que el de las romanas es más seco y ronco. Éstas últimas sólo existen en la mitad norte de España correspondiente a la antigua Corona de Castilla.

La Cabrera (Guadalajara), a la izquierda campana romana y a la derecha una esquilonada.


Se distinguen diferentes partes en las campanas: la corona, el hombro, el tercio, el medio, el medio pie y el pie2. La corona está compuesta por las asas de enganche, cuyo número y disposición varía en función del peso del bronce. Las campanas de 100-120 kilos tienen tres asas en sentido transversal al eje, mientras que las de mayor peso requieren mayor número de asas. Lo habitual en España es la disposición en siete asas, sumando dos pares transversales a las tres centrales. La arista entre el medio pie y el pie corresponde en el interior con el punto donde golpea el badajo, que es el de mayor grosor de toda la pieza. El perfil, el grosor de las paredes y el diámetro de la boca determinan el sonido. 

Trazado del perfil de una campana. Foto: http://campanasquintana.es/diseno-y-fundicion/#prettyPhoto/0/


La percusión del badajo genera multitud de notas parciales, siendo cinco las principales: nota base (también llamada Hum, es la de mayor duración), prima o fundamental (una octava por encima de la nota base), nominal (una octava por encima de la prima). Entre la prima y la nominal suenan una tercera menor y una quinta. La técnica de afinación de campanas, consistente en la eliminación de materia en las zonas donde se generan cada uno de los parciales. Tuvo su origen en el siglo XVI en el norte de Europa, donde se asentó la tradición de carillones. Estos grandes instrumentos musicales son tocados por un carillonista que interpreta melodías musicales con un gran teclado. La estructura musical antes mencionada se produce realmente en campanas afinadas en las que a cada campana se le asigna una nota; sin embargo, no es tan exacta en muchas de las campanas de nuestra geografía, especialmente en las romanas, cuyo perfil genera otro tipo de sonoridad3. La afinación de campanas es ajena a la cultura campanera española. Hasta prácticamente el siglo XX sólo existieron dos carillones, uno en el palacio de Aranjuez y otro en el Monasterio del Escorial, ambos mandados construir por Felipe II. Estos instrumentos, considerados por sus contemporáneos como una rareza, no tuvieron ningún tipo de repercusión. No obstante, desde la Edad Media se tiende a armonizar los conjuntos (estableciendo por ejemplo intervalos sonoros de una tercera entre campanas consecutivas en tamaño), sin que por ello podamos hablar en sentido estricto de afinación. 

Afinado de campana mediante torneado interior. Foto: http://campanasquintana.es/afinado/#prettyPhoto/0/

Los territorios de la antigua Corona de Aragón se nutrieron desde la Edad Media de fundidores provenientes principalmente de Francia y otras partes de Europa (por ejemplo la recientemente desaparecida fundición Barberí tuvo su origen en unos fundidores de campanas italianos que se establecieron en Olot -Gerona- en el siglo XVI4). El origen de estos fundidores explica su mayor cercanía sonora con la tradición europea. En cambio, los territorios de la antigua Corona de Castilla (junto con Navarra), fueron atendidos por fundidores cántabros provenientes de la comarca de la Trasmiera5 que con la llegada del buen tiempo se desplazaban al oeste, al sur y al este para fundir o refundir campanas allí donde se necesitasen sus servicios. Estos fundidores itinerantes trabajaron principalmente en toda la cornisa cantábrica, Navarra, Castilla y León, y Castilla-la Mancha. Sus servicios también llegaron a Estremadura y Andalucía y en menor medida a los territorios de la antigua Corona Aragonesa. También trabajaron en Portugal y en el sur de Francia. Estos fundidores crearon una tradición sonora diferente a la europea, fruto de la cual se mantiene activa la fundición de campanas romanas, cuyo perfil desapareció del resto de Europa en la Edad Media.

Rutas de campaneros cántabros en el siglo XVII. PELLÓN GÓMEZ DE RUEDA, Adela MAría: Campaneros de Cantabria ...p. 126


2.- Instalaciones tradicionales

Las campanas necesitan un conjunto de artefactos y objetos para poder emitir su sonido que además determinan muchos otros factores sonoros, acústicos y rítmicos. Entendemos por instalación tradicional al conjunto de objetos que permiten el sonido de la campana, y son el resultado del esfuerzo y tanteo de siglos de experiencia. En un sentido amplio incluimos también aspectos aparentemente secundarios como la ubicación o la altura de las campanas en los campanarios. Como contraposición a las instalaciones tradicionales, están las instalaciones industriales, que desde los años sesenta del siglo XX vienen sustituyendo a las primeras. Su implantación tuvo lugar cuando los antiguos oficios (fundidores itinerantes, carpinteros locales encargados de construir yugos y campaneros) desaparecieron, siendo sustituidos por empresas de fundición e instalación de campanas con planteamientos estrictamente técnicos. Estas empresas fueron las introductoras de la electrificación de las campanas. Por tanto, es imposible hablar de toque tradicional si obviamos la instalación tradicional6, pues ambos van íntimamente unidos. 

LACOSTE, José, Interior del campanario de la Catedral de Toledo, principios del siglo XX, IPCE. Fuente: http://toledoolvidado.blogspot.com.es/2014/07/las-mejores-fotos-toledanas-de-j.html. Esta imagen muestra todos los elementos de una instalaión tradicional, yugos de madera, badajos, cuerdas, estrutura interna de madera, incluso un excepcional artefacto que permitía el toque de la campana "Gorda", la más grande de toda España.

Las campanas de la catedral de Barcelona fueron las primeras en mecanizarse de toda España en la década de los veinte. Fueron dotadas de yugo de hierro con motor de volteo continuo, contraviniendo la secular forma de tocarlas "a seure", a pino, sin que giren de forma continuada. Foto: http://campaners.com/php/textos.php?text=1002
Los objetos básicos que permiten el sonido de la campana son el yugo y el badajo.

El yugo es el armazón de madera y herrajes unido a la campana que permite su movimiento. Existen dos tipos básicos de yugo, los que tienen contrapeso de madera (a veces incluyen piedras) y los que carecen de contrapeso. El primer tipo es propio de campanas que pueden balancearse o voltear. El segundo, en España, se utiliza para campanas fijas que se tocan solo con el badajo. El diseño del yugo varía según el área geográfica. Se trata de piezas de gran interés patrimonial, en ocasiones mayor que la propia campana. Lamentablemente, la industrialización acabó con las peculiaridades locales, siendo sustituidos los tradicionales yugos de madera por otros de hierro seriados. Además, el paso de los años ha demostrado el efecto pernicioso de los yugos industriales de hierro, que han causado la rotura de no pocas campanas. Presentan además otros problemas, como la desvirtuación sonora de la campana (distorsionada por la transmisión de la vibración al yugo). Asimismo, se ha demostrado que los yugos de hierro transmiten vibraciones al muro, causando serios perjuicios a la fábrica de los campanarios7. Aunque la madera pueda parecer mucho más frágil que el hierro, con una buena conservación puede llegar a durar siglos. En cambio, la vida útil de los yugos de hierro es mucho más corta, no superando en muchos casos los cincuenta años.

El yugo de la campana "San Pedro" de Burgo de Osma (Soria) es posiblemente uno de los más artísticos conservados en España. Foto: http://palomatorrijos.blogspot.com.es/2009/05/apeo-de-las-campanas-de-la-catedral-de.html

Covaleda (Soria), campana completamente mecanizada con motor de volteo y martillo elétrico. Foto: https://historiadecovaleda.wordpress.com/2015/09/18/las-campanas-de-covaleda/

El badajo consiste en una barra de hierro rematada en forma de pera que golpea el interior del bronce. En algunas ocasiones está compuesto por una caña de madera con bola de hierro. Su parte superior remata en un ancla o en una anilla en la que se ata una badana de cuero o una cuerda al asa badajera de la campana. 

Junto a éstos existen otros objetos que permiten el toque como son las palancas, cuerdas, garruchas etc.

Catedral de Valencia. Disposición de cuerdas que permite el toque de todas las campanas. Foto: http://360gradospress.com/not/104167/
No podemos tampoco olvidar las torres y las espadañas que, desde su altura, difunden, potencian y dirigen el sonido de las campanas. Para mejorar la acústica de estas construcciones era usual recurrir a soluciones arquitectónicas como las bóvedas o falsas bóvedas en el interior de las torres, destacando por sus cualidades la baída (muy empleada en Valencia). Existen otros sistemas menos sofisticados pero igualmente efectivos, como son los cerramientos totales o parciales de ventanales con muros, tapias o tablones para encerrar el sonido y proyectarlo con mayor potencia al exterior. Por otro lado la ubicación y altura de las campanas ha de ser acorde con las cualidades sonoras de cada una de ellas. En Valencia, por ejemplo, las campanas grandes se ubican en los ventanales del campanario, mientras que las campanas más pequeñas se colocan en el interior y a gran altura8.

Sevilla. Interior del campanario de San Bartolomé cubierto con bóveda baida.

Albaida (Valencia). en la parte superior podemos observar las campanas pequeñas situadas en el interior y en lo alto, pegados a la bóveda de la sala. Obsérvense también los cerramientos inferiores que, junto a la bóveda recogen el sonido. Foto: http://www.noticiascv.com/albaida-tanca-esta-vesprada-les-seues-festes-amb-el-volteig-manual-solemne-de-les-campanes/
Valencia, Torre del "Micalet". Los ventanales de la sala de campanas están cerrados hasta media altura por unos portones de madera que recogen el sonido. Foto: https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Ventanales_de_la_sala_de_campanas_de_la_torre_del_Miguelete_o_Micalet,_de_la_catedral_de_Valencia,_Espa%C3%B1a.JPG
Ávila. En esta postal antigua de la catedral podemos ver como los ventanales estaban tapados casi hasta media altura por un muro aparentemente de tapial. Como curiosidad, las campanas están "empinadas". Foto: http://www.todocoleccion.net/postales-castilla-leon/antigua-postal-avila-catedral-vista-general-fototipia-hauser-menet-no-circulada-e~x26668376

3.- El lenguaje de las campanas

Debido a la aparición de nuevos medios de comunicación de masas, las campanas han dejado de estar tan presentes en las vidas de las personas. Por lo general se piensa que sólo sirven para avisar y convocar, para llamar generalmente a Misa; sin embargo, su uso solía ser mucho más completo. Eran la voz que acompañaba los principales acontecimientos (alegres o luctuosos) de la vida de la comunidad, y también la protegía de las temibles tormentas que tanto daño podían causar9; convocaban a múltiples actos, especialmente religiosos, pero también se usaban con fines meramente prácticos, como orientar a personas perdidas, avisar de un incendio, convocar a concejo, sacar el ganado etc. Las campanas eran una representación sonora de la comunidad, intercesoras ante Dios, pero a la vez, materialización de la voz divina10 (recordemos el artículo Vox mea, vox Dei). El sentido de pertenencia a una comunidad estaba tan vinculado a las campanas que en documentación antigua es frecuente encontrar el término “socampana” para referirse a un área geográfica concreta.

Las campanas construían con un repertorio más o menos extenso el tiempo y paisaje sonoro comunitario a través de un complejo lenguaje.

Las Campanas contribuyen a la solemnidad de los Oficios Divinos, assí como las demás ceremonias, según la graduación que tuvieren en el Rito, distinguiendo las fiestas muy solemnes de las que son inferiores en Rito; como también lo festivo de lo fúnebre. Sirven también para los actos peculiares, que tienen las Comunidades: para lo qual hay quatro modos de tocar las Campanas. El primero, es, tocarlas a vuelo: esto es, empinando las Campanas. El segundo es a medio vuelo, sin empinar las Campanas. El tercero es tocándolas a pico, esto es, sin empinarlas, ni aun a medio vuelo, sino picando la Campana con poco movimiento. El quarto modo es el tocarlas repicando sin movimiento de las Campanas, sólo con las manos, y la lengua de la Campana, en señal de regocijo11.

Este extracto del Ceremonial Franciscano del padre Valderrayn (1770) muestra las diferentes formas de tocar en función del mensaje que se quería transmitir, distinguiendo cuatro básicas: Vuelo, medio vuelo, “a pico” y repique.

A esta relación sumamos otra forma de toque, que es además una de las grandes aportaciones españolas: el volteo, es decir, el giro completo y continuado de la campana. Las tres primeras formas de toque que aparecen en el citado texto (vuelo, medio vuelo y “a pico”) entran dentro de lo que genéricamente podemos denominar balanceo12. Dentro de éste podemos distinguir un balanceo alto en el que las campanas se “empinan” (también es llamado toque “a pino”), es decir, se invierten y dejan boca abajo, y otro bajo en el que sólo se balancea hasta aproximadamente la horizontal. El denominado “a pico” probablemente haga referencia un sutil balanceo que permita que el badajo golpee en un lado, de forma que puedan realizarse series de campanadas exactas. En muchos conventos de clausura las campanas de comunidad siguen tocándose de esta manera para llamar con una serie exacta de repiques y campanadas a cada miembro de la comunidad, al que se le asigna una secuencia de repiques y campanadas. El toque con badajo (denominado repique) se realiza combinando secuencias y ritmos con una o varias campanas, diferentes en función del mensaje. El toque con badajo puede combinarse con campanas en movimiento.

A cada forma de toque se le asocia un mensaje. Esta asociación se genera en relación al ritmo que imprime el movimiento de la campana. Es decir, el volteo, por su viveza se asocia a las fiestas, del mismo modo que el toque “a pino”, precedente inmediato del volteo, también suele asociarse a la misma circunstancia. El balanceo (bajo), mucho más continuo, grave y solemne tiene connotaciones fúnebres. No obstante la interpretación que se hace de su significado no siempre es el mismo en todas partes y en ocasiones puede tener significados contrapuestos. Por ejemplo, en Cataluña y en el antiguo arzobispado de Toledo el balanceo es un toque para fiestas, mientras que en otros sitios puede significar señal de alarma. En algunos pueblos de la provincia de León el medio vuelo era toque festivo, mientras que en otros era toque fúnebre13.

El toque tradicional de campanas ha llegado a nosotros a través de la transmisión del oficio de campanero a campanero. En ocasiones los toques fueron fijados por escrito en reglamentos o consuetas, especialmente en las catedrales e iglesias con gran actividad litúrgica. Estas recopilaciones de toques resultan de especial interés en aquellas torres donde ha desaparecido el toque manual de campanas. Las consuetas recogían someras descripciones de los toques a modo de recordatorio. Estas “partituras” tomaban referencias temporales como “lo que se tarde en llegar andando a la Catedral desde San Andrés”14. Existen casos, como el de la catedral de Valencia, en los que se han conservado consuetas de diferentes siglos que permiten hacer un seguimiento de la evolución de los toques desde la Edad Media hasta nuestros días. No obstante, como en todo arte, el campanero podía hacer gala de sus habilidades e introducir improvisaciones o variaciones sin por ello alterar el mensaje asociado a cada toque15.

El repertorio de toques variaba según la importancia del templo. Una catedral podía llegar a los dos centenares, mientras que una parroquia hacía su servicio con unos 20 ó 30. No obstante existían parroquias con gran actividad cultual que tenían un repertorio superior al de una parroquia media.

Los toques litúrgicos presentan dos constantes temporales: un ciclo diario y un ciclo anual, siendo el segundo la forma más brillante y elaborada de marcar el paso del tiempo a través de todos los domingos y fiestas que jalonan el calendario cristiano. Si en el cómputo civil el día empieza a media noche, la cultura tradicional, heredera del cómputo romano, determina el comiendo del día con la puesta de sol.. No olvidemos que algunas de las Horas Canónicas reciben su nombre de la división horaria romana: Prima, Tercia, Sexta y Nona (seis de la mañana, nueve, doce y tres de la tarde según nuestro cómputo)16. Generalmente los toques de campanas solían distinguir entre horas mayores (Víspera, Maitines, Laudes y Tercia17) y horas menores (Prima, Sexta, Nona y Completas). A las primeras les correspondían toques mucho más elaborados, acordes siempre con la clase del día, mientras que las segundas eran anunciadas con toques más sencillos y no siempre dependientes de la clase festiva del día.

En catedrales, colegiatas y parroquias con nutrido clero parroquial las campanas convocaban al rezo de las Horas. Estos toques variaban según la compleja jerarquización festiva establecida en las rúbricas del misal y del breviario romano. Los días se clasificaban en feriales (día no festivo), domingos y fiestas. En ocasiones el toque de domingo podía variar en función del ciclo litúrgico (Adviento, Navidad, Cuaresma, Pascua). Dentro de las diferentes clases de fiesta descollaban los días denominados clásicos: dobles de segunda clase y dobles de primera clase (desde el Concilio Vaticano II denominados Fiestas y Solemnidades respectivamente). Por tanto, podemos comprobar que en función del oficio y su clase se realizaban diferentes toques, empleando unas u otras campanas: pequeñas, medianas o grandes, una, dos, tres o todas, con menor o mayor esmero, brillantez y adorno. Existían otros toques religiosos como los de procesiones, rogativas, Alzar a Dios, Viático, Rosario, Bodas, Bautizos y otras funciones piadosas. También había otros de protección como el toque de tormentas conocido en muchos lugares del interior y del norte como toque “Tente nublo” alusivo al conjuro “Tente nublo, tente tú, que Dios puede más que tú...” que servía como base rítmica al repique.

Por otro lado estaban los toques relacionados con la muerte. Desde el momento en que una persona fallece hasta que es recibido por la tierra las campanas acompañan al finado. La sociedad tradicional, fundamentada en una sólida jerarquización, requería también una graduación en los toques a muerto. Pueden existir hasta cuatro tipos diferentes según la condición social (dependía del dinero que se pagaba al campanero por tocar), diferenciándose también el sexo, la edad (los menores de siete años sin conciencia de pecado iban directos al cielo) o su pertenencia a alguna cofradía.

Por otro lado estaban los toques que informaban de diferentes cuestiones no religiosas, como puede ser el toque a Concejo para convocar a los vecinos, hacendera, sacar el ganado, perdidos, cierre de murallas, incendio, arrebato o somatén.

Toledo, vista de la Catedral, 1860ca. En la Catedral de Toledo había dos torre, una para las campanas litúrgicas y otras para las del reloj. Esta última fue derribada y sus campanas trasladadas al cuerpo superior de la torre principal. Foto: http://toledoolvidado.blogspot.com.es/2008/12/la-torre-del-reloj-de-la-catedral-de.html

Aparte de éstos, están los toques del reloj, cuyas campanas generalmente se encuentran separadas de las litúrgicas, bien en diferentes torres o a diferente altura. Los toques “litúrgicos” tienen un significado concreto cargado de simbolismo, mientras que las campanas del reloj sólo marcan una división exacta de las 24 horas del día. Aquéllos están en consonancia con el tiempo sacro, y éstos con el profano; el primero es un tiempo simbólico y jerarquizado mientras que el segundo no es jerarquizado y carece de simbolismo y significado, es siempre igual18.

4.- Conservación y futuro

Es de lamentar que con la desaparición de todos los oficios vinculados con las campanas se hayan perdido buena parte de los conocimientos obtenidos a través de la suma de seculares experiencias. La industrialización de la fundición e instalación de campanas ha homogeneizado el panorama, sin respetar las tradiciones y formas locales, sustituyendo los yugos de madera por otros de hierro. Afortunadamente el tiempo y las investigaciones han dado la razón a los antiguos artesanos demostrando que las incomprendidas, “rudimentarias”, e incluso menospreciadas instalaciones tradicionales evitaban peligros y daños que la técnica no previó y que en el peor de los casos ha producido la rotura de muchas campanas. Muchos vieron en la mecanización un signo de “modernidad” en contraste con los toques manuales que se asociaban a la pobreza y al atraso cultural. Esta falsa idea de modernidad, sustentada en un sempiterno complejo de inferioridad, fue incluso aprovechado en su publicidad por las empresas instaladoras19. La mecanización de campanas empezó en España en la década de los veinte del siglo pasado, pero no se generalizó hasta en los años sesenta, década de crecimiento industrial que además coincide con los nuevos planteamientos religiosos del Concilio Vaticano II. Esta primera fase de mecanización fue tremendamente agresiva. Arrasó con la variedad de toques que hasta entonces se conservaba, programando otros nuevos al arbitrio del instalador, sin respetar la tradición local. En algunos casos este sistema sustituyó al antiguo campanero, cuyo oficio ya estaba en vías de extinción. En otros, muchos campaneros, en pleno uso de sus facultades, observaron tritemente cómo una máquina sustituía el trabajo que hasta entonces habían realizado.

"Gentes de tierras lejanas observan muy despectivas el volteo de campanas". Foto: http://www.campaners.com/php/textos.php?text=7059

"Visitan la poblacion y a este otro campanario miran con expectación" (porque sus campanas se encuentran mecanizadas). Foto: http://www.campaners.com/php/textos.php?text=7059


Segovia, interior del campanario de la Catedral antes de su restauración. Aunque las campanas tienen yugos de hierro se conservan los antiguos de madera en el suelo. Se conservan los cerramientos inferiores, escaleras, tablados y demás objetos y elementos de la instalación tradicional. Foto: SÁNCHEZ DEL BARRIO, Antonio; ALONSO PONGA, José Luis: Las campanas de las Catedrales de Castilla y León. Valladolid, 2002, p. 110, también publicada en http://campaners.com/php/campanar.php?numer=650
La poca importancia que se ha concedido a las campanas es apreciable en los criterios empleados en la restauración arquitectónica de muchos campanarios, en la cual no se ha destinado ninguna partida para la restauración de las campanas. Muchos arquitectos, llevados por criterios puristas, han suprimido numerosos elementos de potenciación acústica. Es cierto que algunos fueron añadidos y sin intención de buscar su acomodo estético con el conjunto arquitectónico; sin embargo, contribuían a potenciar la sonoridad, que es el fin primordial para el que se levantaron los campanarios. En otros casos las campanas han sido reubicadas en el interior, de forma que es imposible cualquier tipo de toque manual. Afortunadamente, en las últimas restauraciones de torres catedralicias de España se están incluyendo las campanas, no sólo como bienes materiales sino como instrumentos musicales. En estos casos la intervención no se ha limitado a limpiarlas, sino a recuperar su sonoridad y hacer posible que vuelvan a tocar. Un ejemplo paradigmático fue la restauración de la fachada de la Catedral de Pamplona en la que se reservó una partida para la restauración de las campanas. Una vez restauradas se organizó un curso sobre el toque manual al que acudieron bastantes personas interesadas y del que nació un grupo estable de voluntarios que desde entonces se responsabiliza del toque manual en las principales celebraciones.



Segovia, interior de la torre de la Catedral después de su última restauración. Se han eliminado los cerramientos inferiores que potenciaban la acústica y las escaleras y tablados que permitían el toque de las campanas. Las campanas no fueron restauradas. Foto: http://www.elnortedecastilla.es/segovia/201704/18/catedral-segovia-aumenta-visitas-20170418231053.html

Campanas de la Catedral de Pamplona. https://www.youtube.com/watch?v=cM1-z8KVueM

La solución para salvaguardar las campanas y sus toques pasa por una patrimonialización que garantice su conservación y correcta restauración. Nadie pone en duda el valor histórico o artístico de una imagen del siglo XVII como bien cultural amparado por una ley de patrimonio. De igual modo las campanas, junto con sus instalaciones tradicionales y sus toques, deben también ser susceptibles de una protección legal similar a la de cualquier bien cultural. Como es de imaginar, esta fase, incipiente todavía en España, es tremendamente compleja por su doble vertiente: material (la campana, instalación y campanarios) e inmaterial (el toque de campanas). Este proceso presenta una doble vía de actuación: por un lado la institucional, que implica a las autoridades civiles, encargadas de la protección legal, y a la Iglesia, propietaria de los campanarios. Por otro, esta protección legal debe acompañarse de una valoración social de las campanas y sus toques. El primer escalón de este proceso es el inventariado de campanas y campanarios, así como el registro de toques. En España todavía falta mucho por inventariar a pesar de los grandes esfuerzos de algunos grupos y la iniciativa y enorme labor acometida por el antropólogo Francesc Llop i Bayo20.

Francesc Llop tocando en la torre del Colegio del Patriarca, único campanario que nunca se ha electrificado en la ciudad de Valencia. Foto: http://www.mediateletipos.net/archives/6891

En base a la consideración de las campanas como patrimonio, se han venido desarrollando restauraciones con criterio: hoy en día las campanas históricas rotas pueden ser soldadas, sin necesidad de recurrir a la refundición, recuperando el bronce la sonoridad primitiva; los yugos tradicionales de madera son restaurados y, cuando esto no es posible, se fabrican nuevos yugos que mantienen el diseño y elementos de los originales; los sistemas de mecanización son menos agresivos que aquellos de los años sesenta, y además, compatibles con el toque manual; los ordenadores que controlan los toques mecánicos tienden a ser programados tomando como referencia los toques tradicionales.

Proceso de soldadura de la campana "Gabriela" de la Catedral de Pamplona. Foto: https://www.campanasyrelojes.es/wp-content/uploads/2001tya.com/2013/06/Pamplona-3.jpg


Yugo de Soria en proceso de restauración. Foto: https://www.campanasyrelojes.es/wp-content/uploads/2001tya.com/2013/06/008.jpg
Como venimos insistiendo, es necesario seguir inventariando y registrando toques manuales, y debe hacerse con cierta urgencia, pues los que mejor conocen los toques son personas ya mayores21. A pesar de haberse avanzado mucho en este terreno desde los años noventa, a día de hoy se siguen realizando intervenciones muy cuestionables que no pueden ser denominadas restauraciones, y que a la postre han supuesto una destrucción patrimonial. Es en Valencia, donde la tradición campanera está más vida, la región en la que se han dado los principales pasos para la protección de las campanas y sus toques desde las instituciones22.

Albaida (Valencia). Volteo de campanas. Foto: http://rec.mestreacasa.gva.es/som_cultura/ruta4/campanas.html

Cada vez son más los jóvenes que se interesan por las campanas. Foto: https://www.youtube.com/watch?v=lqi-n2FntAI 

El toque manual de campanas, que hasta hace unos años parecía un oficio en vías de extinción, ahora empieza a generar cierto interés entre las nuevas generaciones de aficionados que, individualmente o en grupos, vuelven a tocar las campanas, tomando el relevo de los antiguos campaneros de oficio y relegando (o suprimiendo) los toques mecánicos, que en ningún modo pueden ser equiparables a los manuales. En contraste con la regularidad y monotonía de los mecánicos, los manuales tienen alma, y son capaces de transmitir multitud de matices en los que, incluso, se trasluce el estado de ánimo del campanero. 

Actualmente existen numerosas asociaciones y grupos de campaneros encargados de tocar y promover el toque manual de campanas, destacando la Federació Valenciana de Campaners23, que engloba los diferentes grupos creados en esta comunidad desde los años ochenta, entre ellos el grupo de Campaners de la Catedral de Valencia, dedicado a tocar a mano las campanas de la torre del Micalet. En otras zonas de España empieza a existir una mayor concienciación sobre este patrimonio, siendo ya varias las asociaciones y grupos creados con fin de preservar y divulgar este patrimonio24.



1- Existen numerosos artículos, publicaciones y documentales dedicados al proceso de fundición tradicional de campanas: CABRELLES MARTÍNEZ, José Luis: “Fundición de campanas”, Campaners. Butlletí del Gremi de Campaners Valencians, 3 (1990), pp. 21-38 http://campaners.com/php/textos.php?text=1318 (última consulta 23-04-2017); AGUIRRE SORONDO, Antxon: “La fundición de campanas”, Las campanas: cultura de un sonido milenario. Actas del I Congreso Nacional. Santander, 1997, pp. 479-496; PELLÓN GÓMEZ DE RUEDA, María Adela: Campaneros de Cantabria, Santander, 2000, pp. 27-31. Existen también estudios históricos de fundiciones o refundiciones de campanas antiguas: GUERRERO CAROT, Francisco José: “Refundición de la campana Mayor (1879) de la Catedral de Segorbe”, Actas del I Congreso de Campaneros de Europa. Segorbe, 1996, pp. 109-120; SÁNCHEZ REAL, José: La fundición de una campana en 1405: estudio científico-técnico, económico, social y vocabulario. Valencia, 1982; Son numerosos también los tratados antiguos que han tratado sobre la fundición de campana. Destacamos por su importancia y proximidad a la tradición nacional el de BIEDMA, Antonio: El arte de hacer campanas, Écija, 1630.
2- Empleamos la terminología empleada en el modelo de inventario propuesto por la Ley de Patrimonio Histórico Español. Cfr. LLOP i BAYO, Francesc; MARTÍN, Xavier: “Inventarios de campanas”, http://www.campaners.com/php/textos.php?text=1172 (última consulta 23-04-2017).
3- LEHR, André: “Restauració de campanes” (Conferencia pronunciada el 22-09-1990 en el Teatro Liceo de Cheste -Vaencia-, con motivo del VIII Congreso de Conservación de Bienes Culturales), Campaners, 6 (1993), pp. 72-79. http://campaners.com/php/textos.php?text=1272 (última consulta 21-04-2017). LLOP i ÁLVARO, Francesc: “El carillón: un instrumento musical”, 1997, http://campaners.com/php/textos.php?text=1030 (última consulta 21-04-2017).
4- http://campaners.com/php/fonedor.php?numer=41 (última consulta 26-04-2017).
5-PELLÓN GÓMES DE RUEDA, María Adela: Op. Cit.
6- LLOP i BAYO, Francesc: “Nuestras campanas (6). Contrapesos de madera (1)”, Iglesia en Valencia, Valencia, 1991 http://www.campaners.com/php/textos.php?text=1021 (última consulta 04/04/2017). LLOP i BAYO, Francesc: “Nuestras campanas (6). Contrapesos de madera (1)”, Iglesia en Valencia, Valencia, 1991 http://www.campaners.com/php/textos.php?text=1023 (última consulta 04/04/2017).
7- Existen numerosos estudios que demuestran la conveniencia de los yugos de madera frente a los de hierro. IVORRA CHORRO, Salvador: Acciones dinámicas introducidas por las vibraciones de las campanas sobre las torres-campanario (tesis doctoral). Valencia, 2002; IVORRA, Salvador; VERA, Jenaro; FRANCÉS, Jorge: “Vibro-acoustic behavior of Spanish Bells with metallic and wooden joke”, 19th International Congress on acoustics. Madrid, 2-7 September 2007, http://campaners.com/pdf/pdf4.pdf (última consulta 21-04-2017); PEREZ PIQUERAS, Elisa: Análisis acústico de una campana con yugo de madera (Proyecto fin de carrera), Alicante, 2006 http://campaners.com/php/textos.php?text=1729 (última consulta 21-04-2017).
8- Sobre la acústica de los campanarios valencianos LLOP i BAYO, Francesc: “Nuestras campanas (20). La acústica de los campanarios”, Iglesia de Valencia, 463 (1997) http://campaners.com/php/textos.php?text=545 (última consulta 21-04-2017); IBÍDEM: L´aspecte musical i tècnic dels tocs de les campanes”, 1997, http://www.campaners.com/php/textos.php?text=1519 (última consulta 24-04-2017). Sobre cerramientos acústicos de algunos campanarios de la antigua Corona de Aragón LLOP i BAYO, Francesc: “Tancaments acústics en campaners gótics de la Corona d´Aragó”, 2015, http://campaners.com/php/textos.php?text=7295 (última consulta 21-04-2017).
9- Las campanas con su sonido disipaban o alejaban las tormentas de la población. Sobre la eficacia de este toque se ha escrito mucho desde el siglo XVI. Por un lado, los que atribuían su eficacia a las ondas sonoras que deshacían las nubes. Por otro, los que lo atribuían a la acción trascendente de la campanas en virtud de su bendición solemne en la que se pedía a Dios que espantara con su sonido a los espíritus malignos, a los cuales se atribuía la acción nefasta de las tormentas. Cfr. FERRERES, Juan Bautista: Las campanas. Su historia, su bendición, su uso litúrgico, dominio de propiedad sobre ellas, influencia de su toque durante las tempestades (Tratado histórico, litúrgico, jurídico y científico). Madrid, 1910 (2ª Edición), pp. 158-172; LLOP i BAYO, Francesc; ÁLVARO, Maricarmen: Campanas y campaneros. Una introducción al mundo de las campanas en tierras de Salamanca. Salamanca, Ediciones de la Diputación de Salamanca, 1986, pp. 59-62; LLOP i BAYO, Francesc: “Toques de campanas y y otros rituales colectivos para alejar las tormentas”, Fiesta y liturgia, Madrid, 1988, pp. 121-124; MARTÍN SOLANS, Alberto: “El toque de nublo y otros toques y volteos de campanas en la Rioja”, Revista de folklore, 105 (1989), pp. 90-93; GELABERTO VILAGRAN, Martín: “Tempestades y conjuros de las fuerzas naturales. Aspectos mágico-religiosos de la cultura de la alta edad moderna”, Manuscrits. Revista d´historia Moderna (Bellaterra-Barcelona-: Universidad Autónoma de Barcelona, 9 (enero 1991), pp. 325-344; GELABERTO VILAGRAN, Martín: “Toques de campanas y tempestades en la España moderna”, Actas del I Congreso de Campaneros de Europa. Segorbe: Fundación Bancaja, 1996, pp. 99-108; LLOP i BAYO, Francesc: “De la Cruz de Mayo a la Cruz de Septiembre … (1)”, 1996, http://www.campaners.com/php/textos.php?text=1507 (última consulta 24-04-2017); LLOP i BAYO, Frances: “De la Cruz de Mayo a la Cruz de Septiembre … (2), 1997, http://www.campaners.com/php/textos.php?text=1506 (última consulta 24-04-2017).
10- Desde la Edad Media se han asimilado las campanas como “vox Dei” a través de diferentes citas del Antiguo Testamento como por ejemplo podemos leer en Éxodo 19: 16: “Al tercer día por la mañana hubo truenos y relámpagos, y una densa nube sobre la montaña, y un muy fuerte sonido de trompetas, y el pueblo temblaba en el campamento”. La omnipotencia divina es percibida por el pueblo de Israel con el sonido de trompetas. Esta intención todavía pervive en el ritual de bendición de campanas.
11- VALDERRAYN, Fr. Francisco de: “VIII. Del modo de tocar las campanas”, Ceremonial Romano Seráphico de la Santa Provincia de Cantabria de la Regular Observancia de N.P.S. Francisco, del Padre Fray Francisco de Velderrayn, Vicario de Choro Graduado, hijo de la misma Santa Provincia. Impreso en Vitoria en 1770, Vitoria, 1770 http://campaners.com/php/textos.php?text=7441 (última visita 06/04/2017).
12- No existe un volcabulario común en toda España para definir la forma de toque, por tanto empleamos los términos propuestos por LLOP i BAYO, Francesc: Propuestas de volcabulario, 2005. http://campaners.com/php/textos.php?text=1334 (última visita 06/04/2017).
13- SUÁREZ PÉREZ, Hector-Luis: “Las campanas en las comarcas leonesas”, Las campanas: cultura de un sonido milenario. Actas del I Congreso Nacional, Santander, 1997, pp. 369-396.
14- Esta referencia temporal aparece recogida en el Ceremonial de la Santa Iglesia de Toledo, conocido porpularmente como el “Ceremonial de Rincón”. Fue redactado por el racionero Juan Rincón Romero y Pedro Ruiz Alcobolado entre 1985 y 1590. ALONSO MORALES, Mercedes: “El tañer de las campanas de la Catedral de Toledo”, en Toletum. Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, 56 (2009), pp. 209-219.
15- LLOP i BAYO, Francesc: “Aburrir o comunicar: los límites de la improvisación en los toques de campanas”, Simposio sobre Patrimonio Inmaterial “La voz y la improvisación”. Fundación "Joaquín Díaz" (18-04-2007). http://www.campaners.com/php/textos.php?text=2178 (última consulta 21-04-2017).
16- Sobre el cómputo del tiempo y las campanas Cfr. LLOP i BAYO, Francesc: “Las campanas y las Horas (del tiempo en la sociedad tradicional) 1”, 1987, http://campaners.com/php/textos.php?text=1028 (última consulta 21/04/2017); GÓMEZ PELLÓN, Eloy: “El tañido del tiempo”, Las campanas: cultura de un sonido milenario. Actas del I Congreso Nacional. Santander, 1997, pp. 41-66.
17- Incluimos entre las mayores la hora Tercia -considerada menor- porque su rezo precede a la Misa Conventual.
18- Sobre la diferencia entre tiempo sacro y tiempo profano cfr. ELIADE, Mircea: Lo sagrado y lo profano. Barcelona, 2012, pp. 53-79.
19- LLOP i BAYO, Francec: “Les primeres mecanitzacions de campanes”, 2015, http://www.campaners.com/php/textos.php?text=7059 (útima consulta 24-04-2017).
20- La principal base de datos sobre campanas en España es www.campaners.com página oficial de los campaneros de la Catedral de Valencia. En esta página se incluye también el inventario de las Catedrales de España, proyecto coordinado por Francesc Llop i Bayo por encargo del Ministerio de Cultura http://campaners.com/php/catedrals.php (última consulta 26-04-2017). El inventario de esta página es el más completo de toda España. Desde los años noventa del siglo pasado se han realizado varios inventarios a nivel local o provincial que por lo general aparecen reflejados en la citada web.
21- Desde la década de los ochenta se viene insistiendo en la necesidad de inventariar y registrar los toques manuales de campanas, así como la aplicación de criterios de restauración cfr. LLOP i BAYO, Francesc: “Los toques de campana: una necesaria investigación”, I Jornadas de estudio de floklore castellano. Cuenca, 1983, pp. 155-168, http://campaners.com/pdf/pdf157.pdf (última consulta 23-04-2017); IBÍDEM: “Las campanas de las Catedrales: un Bien Cultural en peligro”, 1988, http://www.campaners.com/php/textos.php?text=1045 (última consulta 24-04-2017); IBÍDEM: “La restauración y protección de campanas en España: los casos de Cheste y Villafamés” y “Los fundidores de campanas y los problemas de restauración en España”, VIII Congreso de conservación de bienes culturales: Valencia 20, 21, 22 y 23 de septiembre de 1990; IBÍDEM: “La restauración de las campanas de las catedrales de España”, 1999, http://www.campaners.com/php/textos.php?text=3764 (última consulta 24-04-2017); IBÍDEM: “Bells in Spain: restoration, research, and new ensembles of bellringers”, 1998, http://www.campaners.com/php/textos.php?text=1044 (última consulta 24-03-2017); IBÍDEM, “Restauración de campanas y sus toques: la recuperación de un instrumento musical comunitario”, 2002, http://www.campaners.com/php/textos.php?text=1521 (última consulta 24-04-2017).
22- Cfr. LLOP i BAYO, Francesc: “Protección de las campanas y sus toques en la Comunidad Valenciana”, 2014, http://www.campaners.com/php/textos.php?text=6472 (última consulta 24-04-2017); RAMÓN FERNÁNDEZ, Francisca; VÁZQUEZ PARRA, Rocío: “Los toques manuales de campanas en la Comunitat Valenciana y su protección legislativa”, Revista Jurídica Valenciana, 33 y 4 (2017), pp. 1-30 http://campaners.com/pdf/pdf613.pdf (última consulta 27-04-2017); PÉREZ HERVÁS, María del Carmen: “Las campanas: sonido y paisaje. Su protección”, Las campanas: cultura de un sonido milenari. Actas del I Congreso Nacional, Santander, 1997, pp. 547-552; PÉREZ HUERTA, Francisco: “La protección de las campanas. Aspectos legales y consideraciones”, Las campanas: cultura de un sonido milenari. Actas del I Congreso Nacional, Santander, 1997, pp. 553-566.
23- La Federación, fundada en 1989 y refundada en 2004, integra grupos de campaneros que actualmente tocan en la catedral de Valencia, Segorbe y otras poblaciones valencianas como Alaquàs, Albaida, Alcalà de Xivert, Algemesí, Bétera, Bocairent, Campanar, Carlet, Castalla, Castelló de la Plana, Cheste, Eslida, Estivella, Jérica, L'Alqueria de la Comtessa, Massanassa, Moixent, Nules, Ontinyent, Otos, Petrés, Quesa, Sagunt, Sagra, Sant Jordi, Soneja, València o Vila-real. A esta federación se suma también el grupo de de Caudete (Albacete). http://campaners.com/ (última consulta 20-04-2017).
24-Aparte de las collas Valencianas, existen numerosas asociaciones de campaneros que velan por la protección y divulgación del toque manual de campanas. En Andalucía existen dos asociaciones de campaneros: Los campaneros de las iglesias de Santa María y señor San Pedro de Arcos de la Frontera (Cádiz) https://campanerostolomtolom.blogspot.com.es/ (última consulta 20-04-2917) y la Asociación de campaneros de Utrera -ACAMU- (Sevilla), http://www.campaners.com/php/fonedor.php?numer=1539 (última consulta 20-04-2017) encargados de realizar los toques manuales de los monumentales campanarios de ambas poblaciones. En Castilla – la Mancha existe la Asociación de Campaneros de Castilla-la Mancha http://campanerosclm.com/ (última consulta 21-04-2017). En Castilla y León existen varios grupos y asociaciones: la Asociación Cultural de Campaneros zamoranos y el grupo de campaneros de Aguilar de Campoo (Palencia) http://campaners.com/php/fonedor.php?numer=2021 (última consulta 21-04-2017). La primera, aparte de la divulgación y mantenimiento del toque manual, especialmente de los repiques, realiza talleres de aprendizaje http://campaners.com/php/fonedor.php?numer=1767 (última consulta 21-04-2017). En las Islas Canarias existen varios grupos de campaneros, en Casillas del Ángel - Puerto del Rosario http://www.campaners.com/php/fonedor.php?numer=2166 (última consulta 21-04-2017), en la Catedral de San Critóbal de la Laguna http://www.campaners.com/php/fonedor.php?numer=1841 (última consulta 21-04-2017). En Cataluña existe la Confraria de campaners i carillonistes de Catalunya http://www.casacota.net/perl?num=1195251399 (última consulta 21-04-2017) y otros grupos y asociaciones locales Tarragona, encargados de tocar manualmente las campanas de la catedral http://www.campaners.com/php/fonedor.php?numer=1596 (última consulta 21-04-2017), Cervera (Lleida) http://campaners.ecervera.cat/Home/_H4QS29qxa701iTG5_wdA1SQEAaF-O5jRfD8gd1brbCa_EbO9dnLBrg (última consulta 21-04-2017), en Mataró (Barcelona) http://campaners.com/php/fonedor.php?numer=1608 (última consulta 21-04-2017), en Reus (Tarragona) http://campanersdereus.blogspot.com/ (última consulta 21-04-2017), en la catedral de Sant Feliu de Llobregat (Barcelona) http://www.campaners.com/php/fonedor.php?numer=1480 (última consulta 21-04-2017), en les Borgues Blanques (Lleida) http://www.campaners.com/php/fonedor.php?numer=2225 (última consulta 21-04-2017) en Sitges (Barcelona) http://www.campaners.com/php/fonedor.php?numer=1878 (última consulta 21-04-2017), Solsona (Lleida) http://www.campaners.com/php/fonedor.php?numer=671 (última consulta 21-04-2017), en el Vendrell (Tarragona), http://www.campaners.com/php/fonedor.php?numer=1880 (última consulta 21-04-2017) y en la Fatarella (Tarragona) http://www.campaners.com/php/fonedor.php?numer=2256 (última consulta 21-04-2017). En la Rioja existen varios grupos, el de campaneros de Arnedo http://www.campaners.com/php/fonedor.php?numer=2226 (última consulta 21-04-2017) y otro en el Alto Oja, Ezcaray y comarca https://www.youtube.com/channel/UC2gS-ZA4NPlz-6k_FTtVhtQ (última consulta 21-04-2017). Tras la restauración de los campanarios de la Catedral de Pamplona, se creó un grupo de campaneros encargados de tocar a mano en diversas festividades del año http://campaners.com/php/fonedor.php?numer=1431 (última consulta 21-04-2017), en la comunidad foral existe otro grupo de campaneros, en este caso de bandeadores encargados de bandear (voltear) las campanas de San Saturnino del cerco de Artajona http://campaners.com/php/fonedor.php?numer=1578 (última consulta 21-04-2017). En el País Vasco existe el grupo de campaneros de Hondarribia http://campaners.com/php/fonedor.php?numer=2016 (última consulta 21-04-2017). En la comunidad Valenciana es donde más collas y asociaciones hay dedicadas al toque de campanas (ver nota 23).

3/24/17

La Orden Tercera Servita en Cataluña




       La Orden de Siervos de María (OSM), popularmente conocidos como Orden Servita, es la propagadora de la devoción de los Dolores de la Virgen María por toda Europa, devoción que llega a sus máxima cota de difusión en los siglos del Barroco. La fundación de conventos servitas en España fue bastante reducida. Su presencia se limitaba a las regiones levantinas, siendo Cataluña una de las que mayor número de fundaciones acogieron. La gran labor misional de esta orden fue la fundación de Órdenes terceras, conocidas generalmente como Congregaciones de los Dolores, en las principales ciudades y localidades del antiguo principado, cuya incidencia en la vida religiosa de los seglares tuvo bastante repercusión. 
Detalle de la portada de la capilla de los Dolores de Mataró.
         La Orden de Siervos de María tiene su origen en la próspera ciudad de Florencia. En las primeras décadas del siglo XIII siete jóvenes de acomodadas familias, siguiendo la estela de las hermandades penitenciales que aparecen por esos años en Italia, deciden abandonar el mundo y vivir en comunidad, creando lo que se llamó Sociedad de Nuestra Señora, autodenominándose ellos mismos Siervos de María. Es en 1233 cuando deciden establecerse en una pequeña casa cercana al Convento franciscano de la Santa Cruz. El impulso definitivo para la consolidación como Orden fue el milagro acontecido el Viernes Santo de 1239. La Virgen se les apareció y les recomendó que vistieran hábito negro, en memoria de la Pasión de Cristo. También les presentó la Regla de San Agustín que debían seguir. La primitiva hermandad creada por los siete fundadores fue aumentando. En 1241 se trasladan a una ermita en el Monte Senario a unas dos leguas de Florencia. En 1254 ingresa Felipe Benizi (canonizado en 1671) considerado por su labor como padre de la Orden. Fue Prior General entre 1267 y 1285 (+) y la revistió de gran prestigio. En 1256 el papa Alejandro IV en la Bula Deo Grata toma bajo su protección al prior y a los frailes de la Orden, y autoriza su expansión. A pesar de todas las prebendas y reconocimientos de que gozaba la orden, en el Concilio de Lyon (1274) se decretó a extinción de todas aquellas órdenes no reconocidas oficialmente por el papado, siendo la servita una de las afectadas. San Felipe Benizi luchó en Roma por el reconocimiento de la orden, y obtuvo la aceptación del papa Juan XXI. Finalmente, es aprobada por Benedicto IX en 1304. Este momento de dicha sólo pudo ser vivido por uno de los siete fundadores, San Alejo.
Aparición de la Virgen a los Siete Santos Fundadores. Foto: http://reflexionescatolicas.com/modules.php?name=Content&pa=showpage&pid=217

          La Orden Servita llega a España y se establece en las regiones levantinas, especialmente en Cataluña, dada su mayor proximidad a Italia. Podemos distinguir dos fases de expansión: la primera tiene lugar en la Edad Media. En el siglo XIII se documenta su presencia en Barcelona y unos años después en Valencia (antes de 1340). Durante la Baja Edad Media la Orden se extendió por la Península de forma estable, pues en el siglo XV ya existe la provincia española de la Orden. La segunda fase tiene lugar entre el último tercio del siglo XVI (al amparo del Concilio de Trento) y el siglo XVIII. En 1576, los servitas se instalan en el convento de Sant Bertrán de Montjuïc de Barcelona. Pocos años duró su presencia en este edificio, pues lo abandonaron para instalarse en el cercano convento de Santa Madrona (1582). Sin embargo, la fundación de la ciudad condal, no adquiere sede definitiva hasta el siglo XVII con la construcción del convento del Bonsuccés, consagrado en 1635. Junto a este convento, el más importante en Cataluña, aparecen nuevas fundaciones en Vila-Rodona (Tarragona) en 1599, Marça (Tarragona) en 1611, Sant Boi (Barcelona) en 1599, Empúries (Gerona) en 1606 y Banyoles (Gerona) en 1638. Fuera de Cataluña, aunque muy próximos geográficamente, estaban los conventos de Cuevas de Cañart (en el Maestrazgo turolense) y Montán (en Castellón). Del primero todavía se conservan milagrosamente los restos de su monumental iglesia dieciochesca; del segundo, pervive el edificio del convento, cuya fundación tuvo lugar en 1612. En la Desamortización de Mendizábal se exclaustraron los ocho conventos que la Orden tenía en España1, número que demuestra la escasa importancia y poca difusión que tuvo la orden en el territorio peninsular. Actualmente existen cuatro conventos servitas en España: Denia, Mistala, Plasencia y Madrid. A pesar de las dificultades vividas por la Orden, que apenas logró acomodo en la Península, fue muy meritoria la labor de difusión del culto y devoción a los Dolores de la Virgen a través de la fundación de congregaciones terciarias, mucho más numerosas y con mejor fortuna que los conventos de la Orden.
Interior de la iglesia del Bonsuccés de Barcelona hacia 1900. Arxiu Gavín del Monestir de les Avellanes http://www.monestirs.cat/monst/bcn/cbn02bons.htm
Restos del convento de Vila-Rodona. Foto: http://www.monestirs.cat/monst/alcamp/cac23dolo.htm
Restos de la iglesia del desaparecido convento de servitas de Cuevas de Cañart. Foto: http://montesparatodos.blogspot.com.es/2012/05/via-ferrata-cuevas-de-canart.html

          Como ya hemos mencionado, el origen de la Orden Servita se encuentra íntimamente ligado a la vida religiosa seglar. La orden no cuenta con un santo fundador, sino con siete, que vivían en hermandad. La orden adquiere una estructuración similar a la del resto de órdenes mendicantes: rama masculina, femenina y orden tercera. La Orden Tercera Servita fue aprobada oficialmente por Bula de Martín V Sedis Providentia en 1424. Pero no es hasta el siglo XVII cuando aparecen órdenes terceras servitas en las ciudades y grandes localidades de Cataluña, erigidas como “Congregaciones de los Dolores”. El arco cronológico de estas fundaciones finaliza a mediados del siglo XIX, siendo el siglo XVIII la centuria en la que tuvieron lugar mayor número de fundaciones.

          Aunque estas congregaciones tomaron parte en la celebración de procesiones de Semana Santa, y la gran mayoría hayan pervivido como tales, no podemos equipararlas con las cofradías penitenciales al uso, pues el compromiso de vida religiosa de una orden tercera es mucho más exigente, serio y riguroso que el de una cofradía. Las condiciones de ingreso eran mucho más específicas y los requisitos exigidos limitaban el acceso de ciertos sectores de la población que carecían de un mínimo de cultura2: el maestro de novicios debía vigilar que los aspirantes tuvieran el Congregante (manual que regía la vida interna de la congregación), lo cual implicaba que debían saber leer3. Esta selección social devino en una pujanza notable en la económica y patrimonio de las Congregaciones, superior en muchas ocasiones al del resto de cofradías de la ciudad, lo cual les permitía, entre otras cosas, construir sus propias capillas donde poder celebrar los ejercicios espirituales.
Grabado de el Congregante de Reymundínez de la edición de 1755.

       En 1663 Fr. Epifani Sedó (OSM) funda la Congregación de los Dolores, considerada tradicionalmente como la más antigua de Cataluña4, en el convento del Bonsuccés de Barcelona. Esta primera congregación sirvió de modelo para el resto de fundaciones seglares servitas del antiguo principado. Fr. Lorenzo Reymundínez (OSM), Provincial de la Orden y corrector de la Congregación de los Dolores de Barcelona, escribió un manual titulado el Congregante, y siervo perfecto de la SS. Virgen de los Dolores (conocido popularmente como “el Congregante”), publicado por primera vez en Barcelona en 1685. Esta obra fue reeditada en nueve ocasiones entre los siglos XVII y XIX, siendo la última edición la de 1861. Este manual era una herramienta imprescindible para las nuevas fundaciones, pues en él se reunía todo lo necesario para el correcto funcionamiento de una congregación, sustituyendo en muchas ocasiones a los tradicionales estatutos5
 
Servitas congregados en la capilla de los Dolores de Mataró en la Vestición de la imagen de la Virgen. Foto: Nerea Madrazo. http://setmanasantamataro.blogspot.com.es/2015/04/el-passat-dimarts-sant-31-de-marc-es-va.html

          El Congregante consta de cuatro libros: el primero trata sobre la historia y los requisitos del aspirante para vestir el hábito de “Siervo de la Virgen”; el segundo es el más extenso y variado, y trata sobre distintos temas: describe la organización interna, la elección de oficiales, las funciones del corrector, subrector, discretos, maestro de novicios, secretario, receptor, sacristanes, ostiarios, enfermeros y consultores, y el funcionamiento de la Junta Secreta (Junta de Oficiales). Detalla cómo han de celebrarse los ejercicios de los viernes, el proceso de admisión, la bendición del hábito, la profesión, los oficios de difuntos, la comunión mensual, el septenario y la fiesta de los Dolores; El tercer libro trata sobre las costumbres y rutinas del congregante; el cuarto es un cajón de sastre en que se tratan diversos temas como la caridad, la educación de los hijos, las oraciones del Septenario de los Dolores, meditaciones y un resumen de indulgencias concedidas a la Orden.

          Aunque las procesiones de Semana Santa no formaban parte de los ejercicios llevados a cabo por los servitas, la vinculación de su advocación a la Pasión propiciaba la celebración de una procesión. Las Congregaciones de los Dolores, junto a las Cofradías de la Sangre de Cristo, fueron las principales organizadoras de las procesiones de Semana Santa en todo el territorio catalán. Dentro de las peculiaridades procesionales de la región, las congregaciones ofrecían una nota de distinción que por lo menos fue compartida por algunas de ellas (Barcelona, Badalona y Besalú). En su cortejo incorporaban siete banderas negras alusivas a los Siete Dolores precediendo el paso de la Virgen6

Detalle de full de rengle Procesión de la Congregación de los Dolores de Barcelona 180?. Foto: AMADES, Joan: Costumari Catalá. Podemos ver a la izquierda la presencia de las banderas alusivas a los siete dolores, habituales en las procesiones de estas congregaciones.

Niños portando las banderas de los siete dolores y los improperios antes de salir la procesión. Besalú. Foto: http://www.quevolsfer.cat/la-processo-dels-dolors-besalu-mieres/

Encontramos fundaciones en las siguientes ciudades:

Barcelona: Badalona (1723), Bagá, Berga, Caldas de Montbui, Cardona, Casteltersol, Martorell, Mataró (1693), Moya (1815), Sabadell, San Hipólito de Voltregá, San Saturnino de Noya, Sitges, Villafranca del Panadés, Vich (1689)7.

Gerona: Gerona (1687), la Bisbal del Ampurdá, Hostalric, (ambas ya existían en 1695), Besalú (1699), Olot (1700), Camprodón (1702), Amer (1710), Castelló d´Ampúries (se inicia la capilla en 1717), Blanes (se inicia la capilla 1731), Arenys de Mar (1788), Palafrugell, Peralada, San Félix de Guixols (en 1790 ya existía), Sagaró (1860, la fundación más tardía)8.

Lérida: Alpicat, Balaguer, Bellpuig (1704), Cervera, Sanahuja, Seo de Urgel (1725), Solsona.

Tarragona: Arbós, Constantí, Reus, Sarral, Torá, Tortosa, Valls (1700ca), Vendrell9.

Virgen de los Dolores en la procesión del Silencio de Mataró. Foto: http://www.totmataro.cat/cultura/cultura-mataro/item/23475-la-verge-dels-dolors-surt-en-processo-despres-de-40-anys
 
Interior de la Iglesia de los Dolores de Vich. Foto: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:256_Esgl%C3%A9sia_de_la_Mare_de_D%C3%A9u_dels_Dolors_(Vic),_retaule_major.jpg
Interior iglesia de los Dolores, Gerona. Foto: https://kgbgirl.wordpress.com/tag/esglesia-dels-dolors-girona/
Oratorio de los Dolores. Lérida. Foto: http://cataloniasacra.cat/llocs/oratori-dels-dolors/642/itinerari/21/l_ca
Procesión de los Dolores, Besalú. Foto: http://www.gerio.cat/noticia/2013/03/23/centenars-de-persones-es-reuneixen-a-la-processo-dels-dolors-de-besalu

         En el resto de España la fundación de órdenes terceras servitas fue bastante desigual, siendo muy abundantes en levante, Murcia y Andalucía; en el interior y la zona norte, aunque existieron, no son comparables en número con las anteriores.

         En la región de Murcia existieron, al menos, congregaciones servitas en Murcia y en Cartagena. La primera fue fundada en 1665, decayendo su actividad en las primeras décadas del siglo XVIII hasta perderse su rastro. Casimiro Sánchez de León, cura párroco de San Bartolomé, encargó en 1738 a Francisco Salzillo la hechura de la portentosa imagen de las Angustias y en 1755 refundó la desaparecida congregación10. De la orden de Cartagena hemos podido encontrar más datos11.

Francisco Salzillo, Virgen de las Angustias, 1740. Iglesia de San Bartolomé, Murcia. Foto: http://www.cofradiadeservitas.org/cofradia/patrimonio/virgen-de-las-angustias/

         En Andalucía las congregaciones servitas gozaron de gran difusión. Granada, por su proximidad al levante, fue la primera fundación, datada en 1668. En 1720 y 1727 se fundan las Órdenes Terceras Servitas de Sevilla y Cádiz, respectivamente, que fueron las grandes propagadoras de este movimiento seglar por el antiguo reino de Sevilla. A continuación, citamos la relación de hermandades y Órdenes terceras servitas en Andalucía12.

Almería: Almería (1768-1772)

Cádiz: Jerez de la Frontera (1725), Cádiz (1727), Sanlúcar de Barrameda (1732), Arcos de la Frontera (1749), San Fernando (1759), Chiclana de la Frontera (1759), Bornos (existía en 1780), Puerto Real (s. XVIII), Algeciras (s. XVIII), Tarifa (s. XVIII), Puerto de Santa María (s. XVIII), Rota (1803), Gibraltar (1893).

Córdoba: Montilla (1668), Cabra (1698-1699), Córdoba (1699), Lucena (1724-1736), Fernán Núñez (s. XVIII), Hinojosa del Duque (s. XIX), Puente Genil (1956).
Granada: Granada (1668), Loja (1669), Guadix (1740), Cúllar-Baza (?), Freila (?), Zújar (?), Huéscar (?).

Huelva: Paterna del Campo (1763), Huelva (1771), Castaño del Robledo (1774), Gibraleón (1777), Almonáster la Real (1779), Manzanilla (existía en 1780), Trigueros (1780), Aroche (1786), Higuera de la Sierra (1788), Valverde del Camino (1796), Moguer (s. XVIII), Ayamonte (s. XVIII), Alájar (s. XVIII), Galaroza (1803), Cortegana (1852), Aracena (1873), Rociana del Condado (1879), El Almendro (2ª mitad del siglo XIX), Alosno (2ª mitad del siglo XIX), La Palma del Condado (2ª mitad del siglo XVIII).

Jaen: Jaén (1732), Andújar (1737), Arjona (1748), Villagordo (1750-1751), Alcalá la Real (1780), Úbeda (existía en 1786), Mengíbar (?), Bailén (?), Jabalquinto (?).

Málaga: Málaga (1740), Teva (1776), Antequera (existía en 1784), Vélez (siglo XVIII).

Sevilla: Sevilla (1720), Osuna-Dolores (1730), Puebla de Cazalla (1731), Morón de la Frontera (1733), Utrera (existía en 1733), Carmona (1739), Las Cabezas de San Juan (1754), Osuna-Angustias (1756), Estepa (1765), Paradas (1765), Alcalá de Guadaira (1774), Constantina (1784), El Saucejo (1793), Guillena (2ª mitad del siglo XVIII), Los Palacios (2ª mitad del siglo XVIII), Écija (2ª mitad del siglo XVIII), Montellano (2ª mitad del siglo XVIII), Cantillana (2ª mitad del siglo XVIII), Pedrera (2ª mitad del siglo XVIII), Fuentes de Andalucía (2ª mitad del siglo XVIII), El Ronquillo (existía en 1818), Marchena (1820), Alanís (1829), Puebla del Río (existía en 1848), Lebrija (1852), La Rinconada (1853), Dos Hermanas (entre 1857 y 1892), Umbrete (1870), Coria del Río (1898), Herrera (1958).

         También hubo órdenes servitas en el interior peninsular. Es conocida la existencia de una en Valladolid, con sede en la parroquia de San Pedro13. En Segovia también se documenta su presencia14. En Coria (Cáceres) también existió una congregación servita, erigida en 1898 en la antigua capilla de la Soledad15.

          De la primitiva filiación con la orden solo queda el nombre, pues casi todas estas corporaciones han devenido en una hermandad de Semana Santa más, manteniendo su carisma servita únicamente en la advocación de los Dolores y el título de la corporación. No obstante perviven los cultos y algunos ejercicios propios de estas órdenes terciarias, como el tradicional septenario preparatorio del Viernes de Dolores.

         Por otro lado existe el caso de antiguas órdenes terceras servitas que han recuperado su unión con la orden en aras de retomar una vivencia espiritual mucho más cercana al carisma de los Siete Santos fundadores. Este es el caso de los Servitas de Carmona (Sevilla), reconocida por el Prior General de la Orden en el año 200016

Dolorosa de los servitas de Carmona, ataviada con traje de viuda de la época de los Austrias. Foto: http://servitascarmona.blogspot.com.es/2014/02/cultos-y-actos-celebrados-en-febrero.html
 

1. SUREDA JUBANY, Marc: La Congregació dels Dlors en el Besalú del s. XVIII, Besalú, 1999, p. 52
2El acceso era supervisado por el Maestro de novicios, quien elevaba un informe a la Junta Secreta (de Oficiales) que debía decidir el acceso al noviciado de los postulantes. Cfr. REYMUNDÍNEZ, Fr. Lorenzo: Congregante y siervo perfecto de la SS. Virgen de los Dolores. Dividido en quatro libros. Barcelona, Imprenta Teresa Piferrer Viuda, 1755, p. 48.
3Ibídem, p. 49.
4SUREDA JUBANY, Marc: La Congregació dels Dolors en el Besalú del s. XVIII, Besalú, 1999, p. 54
5Ibídem, p. 71.
6Ibídem, p. 189.
7Ibídem, p. 57.
8Ibídem. p. 58.
9La mayoría de los datos obtenidos sobre las Congregaciones de los Dolores de las provincias de Barcelona, Lérida y Tarragona aparecen recogidas en http://www.servitesdecatalunya.cat (última visita 20/03/2017)
11En el Llibre de Resolucions 1749-1775 de la Congegació dels Dolors de Mataró aparece la de Cartagena en una lista de congregaciones a las que se encontraba hermanada. SOLER i FORONDA, Rafael: “La venerable congregació dels Dolors de la parròquia de Santa Maria de Mataró”, Fulls del Museo Arxiu de Santa Maria, 38 (1990), pp. 12-21.
12 Es lista aparece el estudio “Seglares Servitas en Cádiz” de Juan Carlos Martínez Amores publicado en 2002, con motivo del 275 aniversario de su fundación. http://www.carmona.org/servitas/historia333.html (última consulta 16-03-2017).
14CUESTA GÓMEZ, Daniel: “La orden de los servitas y sus terciarios en la ciudad de Segovia”, Estudios segovianos, 112 (2013), pp. 209-228.
15http://www.soledadcoronada.es/principal.htm (última consulta 22-03-2017)
16http://www.carmona.org/servitas/todo.html (última consulta 22-03-2017).